El Mundial de fútbol, en su primera fase, es un estado de placer. Independientemente de lo que haga la Selección o de los otros resultados, pues uno siempre acaba tomando partido. Es la sensación. Hay fútbol a todas horas, en todas partes. Todo pasa a segundo plano. Viva el opio del pueblo. Hasta la publicidad está llena de fútbol. Qué bueno es el anuncio de Coca Cola, cuando acaban abrazados celebrando un gol el marido y el amante.
Luego, los octavos, cuartos, semifinales o final ya es otra cosa. Ya está todo más separado. Hay más tensión concentrada. No es igual de divertido. Cada partido tiene nombre y apellidos. Pero la primera fase es fútbol en estado puro. Fútbol por placer. Fútbol por fútbol. Te sientas delante de la tele y te da igal que sea Togo, Australia o Argentina. Y te da igual el cuatro tres tres, el cuatro cuatro dos o el tres dos cinco. Es fútbol. Es un Mundial. Es absoluto.
12 junio 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario