Pues eso. Pudimos ganar, pero perdimos. No jugamos mal. Tuvimos ocasiones, pero perdimos. Con idéntico final, la misma historia de siempre. Un año más, cautivos y desarmados retornamos a nuestros cuarteles con honra pero sin barcos.
Pero, ayer, al levantarnos, estaba todo cubierto de nieve. Además, ayer mi hijo cumplió dos años. Y sopló la vela unas quinientas veces. A quién le importa el Atleti.
Por cierto, mientras volvíamos, estaba yo adelantando cuando apareció de la nada un supercoche de esos que circulan a seiscientos por hora dando destellos para que me apartase, no fuese a fastidiarle su record. Cuando conseguí retirarme, al pasar por mi lado, mientras yo le realizaba unas reflexiones sobre el tamaño de su cornamenta, pude leer en sus labios la frase valenciano de mierda. Es por esto que estoy realizando un escrito pidiendo el cierre por un año de la A3 por insultos y descalificaciones intolerables hacia mi tierra de adopción y hacia la tierra de mi hijo. No se puede permitir tamañas vejaciones, por favor. Hay que acabar con esta lacra.
06 marzo 2006
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