Sigamos con la pubertad eterna. Hoy: el primer amor.
Iba a teorizar pero para qué. Contaré mi caso y ya está.
En realidad, se me hace difícil hablar de mi primer amor. No por pudor, sino porque no sé bien quién fue. Creo que aún no he superado el complejo de Edipo y mis primeras reminiscencias sentimentales pasan de suspirar por los avatares de Milady cuando me leí “Los tres mosqueteros”, decapitación incluida, a babear tiernamente contemplando al equipo de cuatro por cien estilos de la DDR en Montreal-76, encabezado por Kornelia Ender, tan pizpiretas y hormonadas ellas, tiempos aquellos en que las nadadoras se retiraban a los dieciocho.
Pero mi primer amor fetén, de carne y hueso ella, o eso creo, de esos que se recuerdan con melancolía y abundantes suspiros cuando uno la pilla llorona es, sin lugar a dudas, la inolvidable Mª Carmen.
Mª Carmen, sorprendentemente, no tiene nada que ver con Castellón ni con ningún gimnasio de esa ciudad. Mª Carmen tenía la sonrisa más hermosa del universo y de parte de Belmonte en el verano del ochenta cuando ella tenía quince años y yo catorce. Mª Carmen apareció un día por el Parque donde nos pasábamos la vida jugando al fútbol, al trompo, a las canicas y a las carreras ciclistas con chapas y, como en las películas, la vi andar envuelta en un halo dorado y a cámara muy lenta y comencé a perder al fútbol, al trompo, a las canicas y a las carreras ciclistas con chapas. Todas las tardes nos íbamos a la piscina y, mientras hacía la digestión (en aquella época teníamos que guardar dos horas de digestión antes de meternos en la piscina) me paseaba inquieto hasta que la veía aparecer. Una vez la veía me sentía colmado y podía concentrarme en el cinquillo, en el tute subastado o en hacer el cafre dentro del agua.
Nunca hablé con ella. Nunca. De hecho jamás he hablado con ella, y ya han pasado veintisiete años y la veo de vez en cuando y tengo amistad con uno de sus hermanos. Pasó el verano, llegó el otoño y con él toda la secuencia que terminó desembocando en la mudanza de una familia para Valencia de tal forma que el verano del ochenta y uno Mª Carmen ya no era la misma o tal vez no fuese yo el mismo y Mª Carmen comenzó a llamarse Elvira o Ángela o Mª Luz y me leí “Edad prohibida” de Luca de Tena y me sentí Anastasio y empecé a buscar a mi Celia.
Quizá Mª Carmen nunca sepa quien fue el hombre que más la ha querido. Quizá esto sea una mentira como un piano y una majadería de jaque mate, pero suena tan bonito… El caso es que mis historias de amor favoritas son las de este tipo, aquellas en las que nunca pasa nada, en las que uno se crea un mundo irreal y vive en él permaneciendo ajena a ese mundo la persona deseada. Es más, celebré un campeonato de historias de amor favoritas y se plantaron en la final las historias de amor que acaban mal frente a las historias de amor en las que nunca pasa nada ganando estas últimas en la prórroga en un partido agónico y vibrante.
Como hace mucho que no fusilo una letra de canción, y aunque hiciese poco, copio y pego el “Lobo López” de Kiko Veneno, canción con la cual me reencontré recientemente y cuya letra que viene pintiparada como ejemplo de los amores solitarios. Me gusta esta canción, a pesar de no tener demasiada simpatía por el autor. No me gusta eso de poner los nombres con k salvo que el que lo haga haya vestido la camiseta del Atlético de Madrid y el veinticuatro de mayo del noventa y seis le marcase un gol al Albacete y después tirase un beso al público.
Un día Lobo López
se encontró a su amada.
Hace cuánto tiempo
y me alegro tanto.
No me lo esperaba.
Ella le pregunta
nada personal
¿Qué has estado haciendo?
Lobo le responde:
Todo sigue igual.
¡Qué día más bueno!
¡Cómo brilla el sol!
¿No es un poco raro
para el mes que estamos
ya tanto calor?
(Aquí abro un paréntesis. Esta canción es del año noventa y dos. ¿Qué explicación tiene Al Gore para dicho fenómeno?)
Bueno, bueno, Lobo.
Tengo que dejarte.
Me están esperando.
Nos encontraremos
en alguna parte.
Iba el Lobo López
tragando saliva.
Por no hablar a tiempo
estaba sufriendo:
su amor se le iba.
Y pensar que ahí fuera
hay todo un plantel
de chicas hermosas,
flores temblorosas
por dejarse comer.
Tengo que decirle
que la echo de menos.
Lo he dejado todo
por no hacerle daño
soy un Lobo bueno.
No puedes negarme
tu frasco de amor.
He entrenado duro.
Ahora estoy dispuesto
a comerte mejor.
Vamos, Lobo López
me has llegado al alma.
Estoy toda ansiosa
por ver esas cosas
que tus ojos me hablan.
Un día Lobo López
se encontró a su amada.
Hace cuánto tiempo
y me alegro tanto.
Te veo muy cambiada.
04 diciembre 2007
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19 comentarios:
Dice la Torrija que como él, a la par que zen, es francófono, francófilo y pedante -que no francamente pedófilo como otros- te recomienda la canción de Georges Brassens "Les passantes", con letra de un poema de Antoine Pol.
Dice también que no pone ningún enlace porque la informática le pilla de lejos, no así las Maricármenes de los gimnasios de Castellón.
Dice, por último, que a disfrutar que son dos días antes de que nos llenen a todos de zanjas y de agua del Ebro con sal y sin pimienta.
Por cierto, como ya no se puede
poner el nombre cuando dejas comentarios a menos que tengas una cuenta de no sé qué, este y el anterior son los últimos de vuestro afectísimo Luis Santángel.
Es una pena comentar lo que voy a comentar tras una entrada tan lírica pero ¿no debería la RAE permitir sustituir la "a" pequeñita de "Mª Carmen" por una "i" pequeñita? ¿No resulta horrísono leer "Mª Puri" (mariapuri) cuando todos decimos "maripuri"?
Es que es hablar del primer amor y me disparo. ¡Ah, mis niñitas, mis Cristobalitas!
PD: Luis Santángel, si aparezco como Ferdinand de Saussure y no como Tomoya I, ilustre candidato a la poltrona "i pequeñita" de la RAE, es que sí se puede firmar con un alias.
Pues no sé que hice o no hice antes, pero el caso es que no pude. Qué gran comentarista recupera el Blog gracias al excelso Tomoya.
Marditas zanjas, mardita Rita...
A mí me chirría ver escrito Mari.
Y pido perdón a Luis (de) Santángel por no ser francófono y por haber olvidado otra letra que podría haberse ajustado como un guante, letra de su amigo José Larralde.
Recitado:
Me jui despacio,
aI tranquito sobón de mi matungo viejo
total... no tenia apuro en llegar,
cuanto más tardara, mejor,
ansina pudiera ser que se me juera
el temblor que tenia en el cuerpo
Nunca tuve el corazón tan apurao
y tan quedao el aliento;
yo no sabia lo que era estar embretao
hasta que vi sus ojos
pa' colmo a su estancia
llegaban los dotores encochaos del pueblo
y las chinas relucientes
en pilchas que valen mucha plata.
Tuito el paisanaje sabia
que yo estaba metido hasta las ancas
y no faltó el paisano cometido
que me chució:
andá y dale una serenata
yo te empriesto la guitarra.
Hasta ai' jui bien
después pa' que hablar.
Cantado:
Tal vez por creerme cantor
esa noche llegué hasta su ventana
traiba al chambergo una flor
y en mi encordada, el sol
de cien mañanas.
La noche me dió su luna
y ansina fue, que la soñé mi fortuna,
pero en dispués,
me volví sobre los pasos
y antes de montar
miré pensando.
Tal vez ni quiera saber
que sueño con su amor...
mejor me voy.
Tal vez por ser soñador
esa noche me fui
sin despertar,
o acaso fue el corazón
que imposible pensó
poder besarla.
La duda se hizo matrera de ilusión
cerquita pialó mi canto, la razón
pa' que pensar en volver,
si solo tengo el verso por fortuna
tal vez ni llegue a saber,
que cuasi le cante...
mejor me voy.
Final:
Tal vez ni llegue a saber
que cuasi le cante...
mejor me voy.
las maris os daran rabia pero somos mayoria (al menos lo han sido a lo largo de generaciones)...menos mal que ahora no le da nadie por ponerle a su hija Mari Berta...o si?
a mi me gusta mas la de Kiko, con todas sus kas.
A mi me da rabia Mari y mucho más los que lo escriben con y. Con lo bonito que es María.
Mi hija se llama Berta a secas, pero mis hermanas son Celia María y María José, no Celia Mari ni Marijose.
Y Eva María se fue buscando el sol en la playa con su maleta de piel y su biquini de rayas. Eva Mari habría ido al mercado con sus pantuflas, sus rulos y su bata boatiné a comprar melones.
Pues a veces vengo y leo,pero nunca escribo.
El hecho desencadenante:leer esa letra de esa canción de ese cantante.Lástima que no hayas puesto el audio (¿indirectas yo?), porque este hombre canta y recita como "naide".¡Ains! (suspiro)
La Torrija, que es tan zen, todavía pasa horas y horas escuchando a Larralde por aquellos sus pagos montaraces. Gran gaucho, José Larralde, sí.
Y aquí nosotros escuchamos el ruido brutal de las excavadoras y el runrun infernal de la F1 urbana. Rita es así y algunos aman el Foredeck y el agua salada del Ebro.
Me alegro, Anónimo, que te guste Larralde. Yo lo descubrí gracias a la Torrija, como a los Enemigos, Armas Blancas, La Mode, Malevaje y otros muchos cantantes y grupos. Mucho le debo musicalmente a la Torrija. En lo personal también, pero eso no lo reconoceré nunca.
Lo del audio...todo se andará.
Estimado Luis (de) Santángel, ruego ponga la siguiente página web como inicio pues sé que es su favorita:
http://www.ritabarbera.com/
¿Pero qué piensa María Carmen cuando le mira de reojo y sonríe?
¿Y Elvira, Ángela y María Luz, tendrán cobijo en estas memorias pese a no ser el primer amor fetén?
¿Por qué no cuelga usted una foto de Kornelia Ender?
Nos hemos enzarzado en si Mari o María y no hemos profundizado en lo que realmente interesa a la comunidad científica, su pubertad eterna.
Profundice, señor Polosco, ahora que aun recuerda.
Yo tambien tengo alguna que otra que contar.Tambien con 14,15 años.
No hay nada mas puro que el primer amor en un muchacho adolescente.Es como un capullo de una rosa cuando se abre al salir el sol (Barry Lyndon,de Kubrik)
Gracias de Saussure por estar en lo que hay que estar.
La Maria Carmen de la canción de Esclarecidos decía: no está mal, no está mal, no está mal. La mía no sé si alguna vez me miró de reojo, no creo que jamás me sonriese y dudo mucho que alguna vez haya pensado en mí.
Y hablar de Elvira, Ángela o Maria Luz sólo serviría para mostrar lo rematadamente gilipollas que he sido siempre. Tal vez lo haga. De lo que pudo haber sido y no fue. De lo que creo que tal vez pudiese haber sido y jamás pudo ser.
De Kornelia Ender, buscando en imágenes de Google, hay unas cuantas fotos. No debiera haberlas visto. La recordaba como una nínfula y la verdad es que no.
Cuenta, Sett. Cuenta.
efectivamamente las historias de amor más interesantes son las fatales, precisamente por que tienen un final, y se puede contar la historia. Pero despues de un mal final de amores, queda la esperanza de Kiko(gran cancion)Veneno:
Y pensar que ahí fuera
hay todo un plantel
de chicas hermosas,
flores temblorosas
por dejarse comer.
Eso es ser optimista, si señor!!
¡Ah, aquellos Altos de Quintero!
¡Ah, estas despedidas cotidianas en otra puerta!
Todo lo que pudo haber sido y no ser, lo que puede ser y no será.
Si la Torrija no fuera zen y no se saltara tantas cosas últimamente...
Deberías hacerte guionista de la serie de los Alcántara. Lo cual no se bien bien si es un halago o un insulto... ¡Qué recuerdos aquellos en los que teníamos que hacer la digestión antes de bañarnos! ¿Qué me dices de las meriendas de pan con aceite y azúcar?
Yo creo que ya suspiraba en el parbulario por algún niño, para que luego digan que los niños de ahora son precoces.
Al igual que Sett también tengo por ahí alguna historia de los 14/15 años que podría contar si no fuera porque prefiero olvidarlas :))
No se salte nada, señor De Santángel, cuente, cuente, ahora que una pausa en los martillos hidráulicos, los taladros hormigueros y las brocas subterráneas nos permiten escuchar su melodioso trino y uno. Ahora que una ínfima herida que supura romanticismo luce en su fría carrocería zen.
No se me salte nada, De Santángel, que cuando no se lo salta hay que ver cómo nos embelesa.
¿Y Bernie qué tal?
Yo en esto de los amores imposibles fui de lo más precoz, en 5º EGB ya tenía claro que me iba a casar con el rubito de ojos azules y pelo rizado de mi clase, y así se lo comenté a él un día que me eligió para jugar al fútbol en su equipo. Todo se acabó aquella fatídica tarde de invierno en que me rompió el corazón diciéndome que los Reyes eran los padres, y yo sólo tuve por respuesta un cúmulo de sollozos inconsolables y la pregunta: ¿Tus padres son los Reyes? Os juro que no era Felipe de Borbón.
Después llegaron los amores adolescentes, algunos imposibles, otros no tanto, pero al rubito de ojos azules y pelo rubio y rizado, aún hoy día lo miro con ojos de odio absoluto. Rencorosa que es una.
Dice Al Gore que te da una explicación desinteresada...a cambio de 60.000 Euros de nada, para gastos de gestión.
El primer amor nunca se olvida, más aún sin haber discutido nunca.
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