Sin ánimo de ofender a nadie, pero ¿hay algo más ridículo que un grupo de adultos, pero adultos adultos, de esos que tienen canas en cada parte de su cuerpo susceptible de tener pelos, con sus teléfonos móviles enseñándose e intercambiando todo tipo de politonos, memeces o guarradas?
P.D. Va, un chiste. En un garito punkie, un punkie se dirige a una punkie:
-¿Bailas, tronca?
-Mejor que tu puta madre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 comentarios:
Tienes razón en lo del móvil jaja. Ya somos mayorcitos para andarnos con bobasas juveniles.
un abrazo rojiblanco
Pues la verdad es que me tengo que rendir, después de estrujar mi enorme y poblado cerebro durante largo rato no encontré nada más ridículo....
¿Será que estoy espeso?
Diálogo de tele serie americana entre dos mujeres
-¿Cuando termina la pubertad en el hombre?
-Unos seis meses después de la muerte
Se que se dan situaciones mucho más ridículas, pero me pasa como a toupeiro, por algún extraño motivo no se me ocurre ninguna. Creo que lo de los puretas comportándose como niñatos con sus móviles, es tan común y tiene tal peso visual, que me impide pensar en cosas más ridículas.
Por cierto, el chiste es cojonudo.
Uno de Eugenio:
-Oye, tu mujer es muy fea, ¿eh? Tu mujer es fea de cojones, nano.
-Perdona, pero mi mujer la belleza la tiene por dentro.
-Coño, ¿pues por qué no la pelas?
Acabas de evocarme una de las estampas que me va tocar vivir estas Navidades... mi hermano (nueve años mayor que yo) forma parte de ese extraño colectivo (más allá del ridículo sobrepasando el patetismo) y yo tengo que sufrir año tras año que me enseñe todo eso a lo que te refieres, por no hablar de los correos que me envía.
Un amigo un dia en una discoteca se acercó a una fea,y le preguntó:
-¿bailas?
-sí,sí..
-Asi me gusta,que te diviertas.
enseñanos tu movil, va, que tienes ganas.
a mi ya se me ha pasado, pero reconozco que "hubo un tiempo.." (como dicen en los trailers de las pelis de aventuras) "...que estaba abducida con el movil"
Pues no tengo móvil. Bueno, sí. Es el del trabajo, que no para de sonar durante toda la semana. No hace fotos ni pijos. Sirve para hablar con él y para tema de mensajes. Supongo que hará más cosas, pero me ocurre como con las calculadoras, que sólo empleo el chisme en un cinco por cien de su capacidad. Y durante el fin de semana está deliciosamente mudo.
Pero no por ello he dejado de ser adolescente.
Yo tengo una que puede valer: esos mismos adultos con un megáfono para que todo un pabellón pueda oír lo que tienen en el móvil: el Neng de Buenafuente, algo de reguetón y un par de chorradas más imposibles de identificar.
No, no es un caso inventado, ocurrió el sábado en un partido de baloncesto y los del megáfono estaban a dos sillas de mi sitio.
Ah, lo olvidaba.
Un punki entra en una panadería a las ocho y media de la tarde, cuando ya estaban a punto de cerrar y dice:
- ¿Te queda pan?
- Sí.
- Pues te jodes.
Joer Sett me has chafado el chiste!
Publicar un comentario