18 septiembre 2007

Nunca tan pocos hicieron tanto por tan pocos

No es que aún me dure el disgusto de la final del Europeo de baloncesto, pero me dio por pensar el por qué los mismos que el año pasado se sobrepusieron a la lesión de Gasol y se comieron a los griegos en Saitama este año se encogieron en Madrid y recordé una bonita historia de motivación deportiva. Estará en muchos sitios, por lo que se podrá puntualizar, enriquecer y hasta modificar. Yo la voy a contar de memoria.

Año 1950. Estadio Maracaná en Río de Janeiro. Se juega el último partido entre Uruguay y Brasil de la fase final del Mundial de fútbol. Esa fase final se ha disputado en forma de liguilla entre cuatro equipos (España estaba ahí, por primera y única vez, con el gol de Zarra y todo aquello) de tal forma que Brasil, con un empate, es campeona del mundo. A Uruguay sólo le vale ganar. Nadie duda que Brasil va a vencer. Nadie. Es imposible, inconcebible. Dentro del vestuario de Uruguay nadie duda tampoco de la derrota. Fuera se oye el rugido (¿por qué el público de los estadios siempre ruge?) de doscientas mil gargantas enfervorizadas que celebran de antemano lo que va a ser su primer campeonato del mundo (esta última frase va dedicada a Matías Prats). En el vestuario de Uruguay el silencio es triste, resignado. Un alto representante de la federación uruguaya entra en el vestuario. Trae unos cuantos periódicos donde, en titulares, se refleja la euforia, la certeza, la confianza, el seguro triunfo brasileño. El directivo mira a sus jugadores enseñándoles los periódicos y, con gesto vencido, les anima a mantener por lo menos la cabeza alta en la derrota. Un jugador charrúa, no recuerdo el nombre, coge los periódicos, los tira al suelo, se saca la chufa/pijo/pilila/minga y mingita/micciona/orina/mea sobre los mismos. Algo parecido a una corriente eléctrica recorrió el espinazo de todos los jugadores uruguayos. Sabían que de cien veces que tuviesen que jugar ese partido lo perderían cien veces. Pero también, de repente, sienten que esa tarde van a ganar este partido.

El resto es historia.

11 comentarios:

Slim dijo...

y ahi reside la grandeza del deporte, que diria Matias.

los seguidores del depor hemos tenido alguno de estos momentos. Perdimos una liga en el ultimo minuto cuando solo teniamos que meter un puñetero penalti. al Djukic todavia le tiemblan las piernas cuando se acuerda.

y luego tuvimos uno a favor. fuimos a jugar la final de la copa del rey al Bernabeu, en su centenario y no se que mas cosas. y les ganamos. y que gusto nos dio, ah.

GaNDuL SaGaZ dijo...

Moraleja: Todo lo que dicen los periódicos deportivos son tonterías que a nadie interesa. ¡Pisotéalos!

Arual dijo...

Buffff esos momentos son los que hacen historia....

Anónimo dijo...

Pero hay que puntualizar algo. Uruguay de 1950 era un equipazo. NO fue tanta sorpresa. No es como si un Murcia gana la final de la Copa del REy al Barcelona en el Nou Camp. Uruguay era tan fuerte como Brasil, la sorpresa vino por ganarle en su campo, no por su calidad.

elbé dijo...

Eso mismo debieron hacer Kirilenko y compañía con el guión que tenía escrito Andrés Montes, y los de la ser y los periódicos españoles de ayer, alguno hasta tuvo que parar las rotativas, seguro.
Son un buen equipo pero el nuestro es mejor, aunque durante una hora se olvidaran.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Siempre me han encantado estas historias. Ojalá algunos deportistas a los que apoyo con toda mi alma supieran como yo sé que todo es posible en el mundo del deporte.

Y, sí, si yo fuera ruso habría dedicado la victoria a todos los periodistas españoles que lanzaban demagogia y hablaban de la diferencia de puntos por la que íbamos a ganar. Vamos, como hizo Zidane con el Marca cuando Francia eliminó a España en el último Mundial...

Zar Polosco dijo...

Djukic ahora también corre. Yo le toqué la chepa en Ribarroja. Y las piernas me tiemblan hasta a mí, que no soy del Depor pero hasta el día de hoy he sido incapaz de volver a ver ese penalti. Me pasa como con la final de Heyssel del Atleti. No puedo ver esas imágenes.

No tendría mal equipo Uruguay cuando fue campeona. La sorpresa fue porque todo el mundo daba por hecho algo y, mira, el balón puede ir al palo o no entrar.

Después de que Grecia ganase el Europeo, el Liverpool la Champions y la Real estuviese a punto de ganar la Liga sé que todo es posible. Los milagros existen y hay que pelear por ellos. Mira a Mayte Martínez en la última recta del 800 en Osaka.

Sett dijo...

Felicidades por el post.Gran calidad de entretenimiento.

Aun recuerdo aquel Numancia en la copa del Rey...que bonitos recuerdos aquel equipo simpaticon.

Real Sociedad,Racing y Sporting mordieron el polvo y el Barça empato en su campo.

SisterBoy dijo...

Soy un fanático de la historia (y de las historias) de los Mundiales. La anecdota que habia escuchado yo es que tras marcar Brasil el primer gol un célebre jugador uruguayo (creo que Varela o Schiaffino) dijo "vamos a comernos a esos negritos". Y vaya si lo hicieron.

En España tenemos una larga tradición de tirarnos los peos más algos que el culo y nosotros los cules tenemos un triste ejemplo en la temporada anterior. :(

La culpa es de todos los gafes que había ayer en la cancha

Zar Polosco dijo...

Lotina entrenaba a aquel Numancia.

La culpa siempre es de algo externo. Por eso pensaba que ganábamos. El partido contra Grecia, con aquellos zurrándonos y los árbitros puteándonos, siempre lo hubiésemos perdido pues habríamos bajado los brazos y habríamos comenzado a indignarnos y a lamentarnos. Pero nos vinimos arriba y lo ganamos. Y luego...

best4you dijo...

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