Mi hermano y yo comenzamos a ir al colegio Agustiniano a principios de los setenta, él a preescolar y yo a primero de EGB. Como el colegio estaba en el barrio de la Estrella y nosotros vivíamos junto a Pacífico, el autocar de la ruta del colegio nos llevaba y nos traía. El conductor de aquel autobús se llamaba Emilio y era un colchonero acérrimo y enfermizo que decía que a su autocar sólo podían subir niños del Atleti.
Y ahí empezó todo.
En aquella época el Atleti ganaba Ligas y jugaba finales de la Copa de Europa. El Bilbao ya iba cuesta abajo y el Barcelona tampoco es que fuese la monda. Vamos, que éramos un equipo grande, de los más grandes. No era un desdoro ser del Atleti. Ni ninguna heroicidad.
A mis padres, vikingos ellos, debió resultarles gracioso que sus hijos simpatizasen con el Atleti y no hicieron lo más mínimo por evitarlo. Mi padre de vez en cuando alza los brazos al cielo y dice aquello de -¿qué mal he hecho, Dios mío, para tener dos hijos del Atleti?-, aunque yo creo que se lo pasa mejor dándonos collejas y diciendo -si es que hay que ser tonto para ser del Atleti. Luego, como buen madridista, comienza a rajar del Madrid y que si el triple rombo y que si el doble lateral poligonal y que si Guti es un tal y que si Michel Salgado debiera estar emparedado. Estos del Madrid, aunque ganen ocho cero, nunca están satisfechos porque, tal vez, si Di Stéfano hubiese retrasado dos pasos su posición el juego hubiese basculado con mayor fluidez. (Interprétese este último párrafo como reflejo de lo que más nos gusta a los del Atleti: despellejar al Mandril).
Con el tiempo he desarrollado teorías sobre porqué del Atleti no puede ser cualquiera, que para ser del Atleti hay que nacer y otras similares, no demasiado lúcidas ni originales y que tampoco son reales, pero que me han dejado muy a gusto y muy orgulloso de mi propia tara.
No estoy de acuerdo con aquello de los sufridores. Más sufren los del Sporting, los del Celta o los del Salamanca. Nos ha tocado vivir la caída de un equipo que fue grande, que tiene pretensiones por la afición y por el dinero que genera y que, por un extraño sortilegio que desconozco, jamás termina de cuajar. El Liverpool gana Champions, Grecia gana la Eurocopa, el Valencia es una jaula de grillos con una afición que se lo pasa mejor silbando a Angulo que aplaudiendo a Angulo, pero gana Ligas y la Uefa y se mete en Champions. En fútbol no hay certezas salvo que el Atleti la caga (bueno, y la Selección, pero esa es otra historia). Como decía, no creo que seamos sufridores. Nos ha tocado sufrir, que no es lo mismo, pues fuimos grandes y ya no lo somos. Más bien me temo que lo que somos es resignados.
Y ya está. Por culpa de aquel Emilio somos del Atleti. Supongo que lo habríamos sido de todas las maneras, porque todo lo que es colchonero lo vivimos muy adentro, pero, Emilio, donde quiera que estés, gracias y tus muertos.
31 enero 2007
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6 comentarios:
veo que hoy nos ha dado la vena futbolera a todos.
y cuando estaba gil y gil, tambien eras del atleti? a mi me hubiese dao un poco de vergüenza..te lo digo sin acritud.
Precisamente la época de Gil y Gil es la única en la que he sacado a los colchoneros de la lista de "equipos simpáticos".
Yo no he sido siempre del Barça (me hice cule cuando tenia unos 15 años), lo que sí he sido siempre es anti madridista y sí creo que para ser madridista hay que tener una serie de cualidades la mayor parte de ellas desagradables.
Pan y circo...
Para que después digan que yo soy raro jijisjis
como dice sisterboy, para ser madridista hay que tener dudosas cualidades. Yo fui madridista desde el inesperado momento en que mi hermano se hizo del barça hasta que me fui de casa y dejé de tener la oportunidad continuada de pelearme con él. Pero en realidad siempre fui del CAJA SAN FERNANDO. ¿A nadie le gusta el baloncesto???
Mi hermano siempre decía que Gil se hizo del Atleti después de nosotros y que ese tío no nos iba a echar. Es lo curioso del fútbol, que cuando uno es de un equipo, lo es con todas las consecuencias y a pesar de todo.
Peor que Gil es que el príncipe también es del Atleti. Y si te das una vuelta por el Calderón un día de partido y ves a los integrantes del Frente Atlético, sólo sientes deseos de hacerte Hare Krishna.
Hay madridistas majos, hombre. Y, por lo menos, no ponen mapas absurdos en el centro del campo.
Soy de Estudiantes. Si quieres, hablamos de baloncesto aunque este año poco.
Qué entrañables los conductores de autobús del colegio. Yo recuerdo a Luis, alias "el bala", conocido por su extremada prudencia al volante. Visto lo visto ahora agradezco su exceso de celo.
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