Ayer estuve corriendo la media de Picaña Paiporta. Salió muy buen día para correr, con algo de frío al principio (decía y dice Martín Fiz que lo mejor antes de una carrera es pasar frío) pero con un sol que era una hermosura. La carrera no me fue mal. Salí con confianza, con hambre, con ansia y todo fue bien hasta el dieciséis, que, por decirlo finamente, empecé a tener problemas gástricos, que en Román Paladino significa que empecé a sentir los retortijones de la muerte. Nunca en mi vida he deseado tanto llegar a meta como ayer. Porque llegué. No me preguntéis como. El caso es que terminé en uno veintitrés veinticinco, siete segundos más que el otro día. Estoy contento. Pudo haber sido mejor, tuve muy buenas sensaciones pero tendré más oportunidades.
Y con esto prácticamente cierro el año. He corrido dieciocho carreras y, salvo la media de Valencia, en todas acabé contento o muy contento. Un buen año, con tres cero siete en maratón, uno veintitrés en media y las ocho últimas carreras corriendo de promedio por debajo de cuatro. Empiezo a parecer un atleta. Del montón, pero atleta.
Digo que prácticamente cierro el año porque este año el día treinta y uno me voy a Madrid a participar en la San Silvestre Vallecana. Participar, vivir, disfrutar. En cuanto vea pasillo me tiraré en tromba, pero estas carreras multitudinarias, con tanto ambiente y tanta tradición son para vivirlas. Es como la Volta a Peu, en Valencia. Para un tío que corre casi siempre solo como yo, juntarte un día con cincuenta mil personas es para disfrutarlo, aunque realmente no empiece a correr hasta el tercer kilómetro.
En Valencia ya corrí dos años la San Silvestre. Lo curioso es que se celebra el día treinta, San Sabino, creo. No corre demasiada gente y no es muy larga, apenas cuatro kilómetros, lo que es, aproximadamente, el primer cinturón de la ciudad. La primera vez la corrí a saco. La segunda no estaba muy fino. Además, me encontré con un amiguete de la Escuela, el Imán, y la corrimos juntos, de charleta. Recuerdo de aquel día que corrieron muchos bomberos manifestándose. Llevaban una pancarta que decía "Rita nos deja con el culo al aire" y así iban ellos, con una camiseta y un mandil. Ni cuando jugaba al fútbol, en la ducha, al acabar el partido, vi tanto culo junto. Y los llevamos prácticamente toda la carrera delante. Tal y como se cotizan ahora los calendarios de bomberos, sospecho que a muchos les habría gustado estar en mi sitio.
Para el año que viene tengo dos ilusiones. Una, bajar de tres horas en la maratón de Madrid. Otra, correr la Behobia-San Sebastián, una carrera preciosa con mucho ambiente y que, creo, no estoy seguro, pasa por Jaizkibel. Miraré el calendario y cursaré visita a mi hermano y su parentela en la fecha oportuna.
P.D. Dicen que si alguna vez se juntan todos los japoneses en su país, las islas se hundirán sin remisión. Haciendo un símil lejano y cogido por los pelos, si todos los papas noeles o plaplapláus, que diría mi hijo, que hay colgados de los balcones de Valencia y poblaciones aledañas se cayesen a la vez, el seísmo alcanzaría el nueve noventa y nueve periodo en la escala de Richter. Una hecatombe.
18 diciembre 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
13 comentarios:
Si ves a mi amigo Gallardo en Vallekas salúdale.
Sobre los papanoeles colganderos, la pena es que ya apenas nieva, porque son blancos perfectos para un buen bolazo.
Enhorabuena por tu marca retortijada, lo que le da más valor. Y explica mejor eso de que jugabas al fútbol en la ducha, que igual te has expresado mal.
Las marcas retortijadas debían ser de tu exclusividad, querida Tortija.
Es que Zar era uno de los que jugaban con mil chinos dentro de una cabina de teléfono y como ya apenas quedan cabinas pues algo tiene que hacer el hombre.
De tu parte, Álex. Dile que no me tire espuma a los ojos.
Y a los otros dos capullitos que comentan, decirles que más retortijones me producen sus ironías.
Ya lo he corregido. Ahora vuestra gracia quedará inconsistente, vustro sarcasmo, ridículo, vuestra mordacidad se tornará absurda.
Y los chistes de chinos y de cabinas telefónicas siempre me han hecho mucha gracia.
Pero Zepporro, qué mal te tomas las críticas constructivas. Y ve corrigiendo ese vustro sarcasmo que me temo tampoco es así...
Lo siento, pero te lo mereces por atacar acremente mi bienintencionado comentario.
te has olvidado de la ilusion de crear un blog beta. :)
pero eso sera en la entrada de (buenos) propositos para el nuevo año.
Yo no sé bien que es eso de beta. Ni sé que ventajas tiene ni el porqué es la panacea. Estoy muy a gusto siendo alfa. Yo no pongo fotos ni vídeos ni enlaces, ni creo que lo haga nunca. Además, tampoco sé como se cambia uno a beta. Supongo que siguiendo las instrucciones. Miedo me da cuando no me quede más remedio.
Torrija, mis continuos enfrentamientos con su Presidente me tienen realmente alterado y aturdido. Por un momento llegué a pensar que sus bienintencionados comentarios constructivos rezumaban ácido sulfúrico. Discúlpeme usted.
19 de diciembre y ya empezamos con los propósitos para el nuevo año y el repaso de lo que hicimos en el anterior. El mundo se torna nostálgico y optimista a la par hasta el siete (sí, dije siete) de enero en que la rutina comienza a hacer mella de nuevo y se olvida el pasado y los buenos propósitos.
Festejemos el solsticio de invierno, adornemos de verde nuestros hogares (que no de rojo) y sacrifiquemos cuantas bestias podamos en loa a la diosa. Intentemos disfrutar el momento que bastante tiempo tendremos el resto del año para refunfuñar.
Ia! Shub-Niggurath!
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e
¿Cuales son las festividades de la diosa, Señor del Sie7e, siempre ávido de sacrificios? (He dicho ávido, no ávida).
Los animales sacrificados, ¿después se los come? ¿crudos? ¿a la parrilla? ¿fritos con ajetes?
¿Es verde el color de la diosa? ¿El valle era suyo? ¿Tiene asas?
1.- Innumerables.
2.- No.
3.- No.
Es el verde color significativo durante el solsticio de invierno como representación de la pervivencia de la vida más allá de un ciclo.
Pero mi reino no es de aquí, no es de este mundo. Jn.18,36
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e
jajajaja... qué miedo da ese seísmo originado por los millones de santaclaus que nos invaden... La guerra de los mundos se quedará pequeña al lado de semejante hecatombe navideña...
enhorabuena por tu espíritu deportivo, al vago que habita en mí le has provocado una envidia muuuy sana :-)
El fenómeno de la clonación se creó para explicar a los niños la abundante proliferación de Papá Noeles en los balcones.
Jamás he tenido una inclinación por la práctica de ningún deporte, salvo si aceptamos gandulería como deporte olímpico.
Yo cierro el año con maratones matinales por no llegar tarde a la escuela de mi hijo y carreras por alcanzar el reloj de fichar en el trabajo antes de la hora de entrada. No se el número de escalones que he subido a lo largo del año. Ni los kilómetros que habré andado hasta el supermercado más económico.
Menos envidia, Cinephilus, y cálzate unas zapatillas y a correr un ratillo, que es muy saludable y, en cuanto te quieres dar cuenta, un vicio incontrolable. Un saludo y bienvenido.
Para gandules y como deporte olímpico ya está el curling (salvo los que barren). Y con el entrenamiento diario que te traes, con un poco más te conviertes en la gran esperanza del mediofondo español y en la menos joven promesa de la historia del atletismo.
Publicar un comentario