Anoche me visitó la diosa.
Entre aleteos espirituales y un fuerte olor a pelo quemado bramó con hirientes frases.
Yo me cisqué en ella misma.
Emitió un ruido áspero y tomó forma humana.
Era idéntica a Edith Piaf.
Nos saludamos.
Cantamos "Milord".
Bailamos "Milord" lanzando patadas al aire. Primero la derecha. Luego la izquierda. Luego la derecha. Luego la izquierda.
Tomamos asiento.
Pedí disculpas por el mal estado de mi morada, pues, tras el pavoroso incendio donde perecieron carbonizados Bob Geldof, Elton John y los dos Bonos, apenas había tenido tiempo siquiera de hacer desaparecer las pruebas.
Lo arregló todo en un pis pas. Por algo era diosa.
Se posó el silencio.
Se hizo intenso.
Me miraba.
Yo lo intentaba.
No podía sostener su mirada.
Siguió mirándome.
Se levantó.
Dijo: ven conmigo.
Me cogió de la mano.
Me llevó por las calles de la República Serenísima.
Los contenedores de basura humeaban.
La carta de colores iba del blanco al negro pasando por todos los grises posibles.
Llovía, hacía viento y mucho frío.
Por todas partes había fotos del Gorras, que se hacía llamar absurdamente Tomoya I.
Su Guardia Civil Zurda golpeaba despiadadamente a los niños y a los viejos.
Por doquier sonaban en altavoces consignas y discursos de Tomoya plenos de rencor y resentimiento.
Me hice visible ante la gente. Soy yo, Zepporro Máximo, el amigo de los niños, vuestro anterior Presidente, todo candor, todo bondad, todo alegría. Soy jovial, soy dicharachero, soy espléndido, soy cortés, soy el elegido por la Gran Medusa.
No me reconocieron.
No me conocían.
Jamás habían oído hablar de la Gran Medusa.
Ni de la República.
Ellos siempre habían vivido en Tomoyasville y honraban a su dictador.
Sólo Tomoya conocía la verdad.
Y se consideraban afortunados de poder recibirla.
Se consideraban afortunados por ser azotados todos los días.
Se consideraban afortunados porque todos los días podían disfrutar del visionado de la única película permitida, la película oficial de Tomoyasville: "La tormenta de hielo".
Se consideraban afortunados porque en el incendio que devastó todos los libros de la ciudad, sólo sobrevivió el escrito por Tomoya: "Mi luchita".
Se consideraban afortunados porque tenían un embajador que todavía no había vuelto de la China, pero, como era tan gracioso, todos los días enviaba a un súbdito aletoriamente una carta con ántrax. El juego nacional era ver a quien le tocaba la carta. Qué divertido.
De repente estábamos de vuelta en mi cubículo.
La diosa me miraba.
Me miraba en silencio.
- ¿Has entendido algo?
- No puede ser verdad tanto sufrimiento, tanta infamia, tanta injusticia.
- He querido que vieses como sería la República sin ti. Debes luchar, Zepporro. Debes resistir. Debes combatir.
- Estoy solo, fané y descangayado.
- Trataré de ser más obvia con Gandul Zente Sagaz, que con tanto Gorgo y Mormo y tanto ritual se pierde en las formas y no se entera de nada. Con tal de sacrificar cabritillos prefiere vivir en la duda. En mi última aparición me puse una camiseta que decía Zepporro bueno, Tomoya malo, y ni aún así se enteró.
La diosa se levantó.
- Me piro- dijo, mientras el Orfeón Burgalés entonaba el "Lacrimosa".
Yo también me levanté.
Cantamos "La vie en rose".
Volvimos a cantar "La vie en rose", pero esta vez en versión de Grace Jones, pues convinimos que molaba más.
Nos abrazamos.
Se volatilizó dejando un tierno olor a perro muerto.
Seguimos en la lucha.
12 diciembre 2006
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10 comentarios:
En Guilin ya reconocen a Tomoya I como Presidente Único de la república. El Zepporro rencoroso se ha desviado del camino. Y ya conoce la vieja frase: "te cortaré la cabeza y encontrarás el camino"
¿Es eso lo más similar a un descenso a los infiernos?
Debo ser prima de Satanás, porqué me he reído un rato... Sobretodo con el tufillo a perro muerto :X
Hombre, Torrija, ya estás de vuelta. Veo que has sembrado la insidia y la confusión en Guilin.
Así que "te cortaré la cabeza y encontrarás el camino. Respetaré tu cabeza y llegarás al camino porque todos los caminos llegan al Zepporro pues él es el camino (sólo el camino)".
Bueno, algo de infernal hay en todo esto. Cuando mi omnipresencia redima la carga de mi pueblo, todo será celestial, pero, mientras tanto, sangre y tierra quemada.
Por cierto, se te ha colado un "ciscé" en lugar de "cisqué". Este no te lo paso.
Corregido, cabronazo.
Ia! Shub-Niggurath!
Estimado Sr. Altisonante,
Nos os quiere, y mucho, buen Zepporro. Y es por ello deber de Nos advertirle que todo cuanto ocurrió no fue mas que ensueños y alucinaciones consecuencia de la excesiva inhalación de humos. Nos conoce la noticia: la desafortunada muerte de Bob Geldof, Elton John y ambos Bonos, pues ha sido muy difundida en los medios. Y nos consta que la diosa estuvo en aquel incendio protegiendo la integridad de Vos, y quiso también la diosa salvar al trío lalalá; mas todo el resto de lo narrado por Vos es fruto de alucinaciones y desvaríos.
No es bueno hacer correr rumores sobre Ella, pues esto La enoja. La Balanza se vence. La Vorágine se acerca. Observad en silencio el sonido del minutero. Sed de Sangre, procuraremos saciarla.
V'hu-ehn n'kgnath fha'gnu n'eam'nh. V'glyzz k'fungn cylth-a v'el cylth-Cthulhu k'fungn'i. Ia ry'gzengrho. Ia Hydra.
Habiendo saciado mi sed de Bezoya, como espero que el Señor del Sie7e haya saciado la suya de sangre, me encuentro con esta jocosa paranoia zepporrista.
Eramos adolescentes y ya te decía mi querido y desmemoriado compadre, hoy Duque del Higo-higo y Ulldecona, que no abusaras demasiado de la Amanita Faloide, que se te secaría la médula, verías cosas raras y te saldrían granos. Y tú dale que te pego, "ésta me la acabo" decías, hasta alcanzar el lamentable estado actual, sumido en demencias diversas y próximo al delirium tremens.
Me apena verte así. Sin duda fui cruel al enviarte a los hoy calcinados juglares y al estadista manchego. Comprendo, pues, tu arrebato y no te culpo por el homicidio. Es más, ya que la diosa decidió salvar de las llamas al trío Lalalá enviándonos así una señal de Su amor por el Pavoroso Pentagrama, enviaré a tu chamuscada morada, a modo de exvoto y acompañados en Santa Procesión por Altos Jerarcas de la Orden Medusina, con gran número de pífanos, timbales, fragantes incensarios y romeros con burro, fiambrera y guitarrón, al Maestro Ibarbia, a Manuel de la Calva, a Ramón Arcusa y a Massiel, ellos cuatro con monos ignífugos, para que suplan a los chamuscados y que con sus alegres cantos te ayuden a construir una nueva choza de estilo rococó.
Te aconsejo que no nombres a la diosa en vano. A SaGaZ no le hace ninguna gracias que compares a Su Beldad con Edith Piaf. Por bastante menos de eso ha presidido con los ojos en blanco algún auto de fe y no querrás que abandone su neutralidad y la amistad que todavía te profesa.
Dichosos los ojos que te leen, Embajador Torrija de impagables servicios intercontinentales. A ver cuando se acerca por ésta su República y degustamos unos ricos tesoros a la Marmita, regados de Marmitón, en nuestra querida posada china.
El arco iris luce sobre esta dichosa República en la que las dentaduras son perfectas, la tierra ubérrima, la juventud baila, los caracoles exquisitos y su Presidente Magnánimo.
Zente, Gorras: vendrá la muerte y tendrá vuestros ojos, pero sois cojonudos.
Tú, Torrija, necesitas mejorar.
Disculpe Vos la confusión, mas no es Nos el sediento, sino aquella cuya ira pone en peligro el futuro del mundo tal y como conocemos.
Aquí tiene a Nos en rojo bañado y aun ataviado para la matanza. A medianoche llegaran los tres monos sabios que, perplejos, al ver, oir y hablar a Nos... callarán, no verán ni oirán durante 7 minutos y, puesto que 3 serán, 21 sumarán.
Seguiré con mi labor hasta entonces; disculpe la intromisión.
Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah-nagl fhtagn
No consigo articular palabra, cuando logre cerrar la boca es posible que pueda. ¡Qué diarrea verbal la del autor y los visitantes de este blog! Impresionado me tenéis.
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