Dicen que para saber si alguien es buena o mala persona basta con verle sonreír. Si su sonrisa le embellece podemos confiar en él. Si en vez de sonrisa tiene una mueca, malo.
La pequeña Berta ha empezado a esbozar sus primeras sonrisas y con la luz que desprende se podría iluminar la Fosa de las Marianas. La exposición a las radiaciones que emite, aunque fuese por un diferencial de tiempo, garantiza un disfrute extático del Síndrome de Stendhal.
Y no me ciega la pasión. Soy la objetividad misma.
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7 comentarios:
"Y no me ciega la pasión. Soy la objetividad misma."
¡Exijo una segunda opinión! ¿Alguno de los presentes puede y quiere hacer de abogado del diablo?
Bromas aparte, presupongo debe ser difícil para ti ejercer de padre desde los calabozos de la República; a ver que día nos cuentas como te las apañas para sobrellevarlo.
Es increible como puede cambiar un rostro al sonreir.
Ayer cuando fui a recoger a mi hijo a la escuela estaba esperando también otra madre con un bebé, este se estaba partiendo la caja, estaba de lo más gracioso. Tenía una risa contagiosa. Me alegró el día.
Me has dado una idea, Zente.
Hablando de la risa, no dejen de ver el capitulo de House de hoy
Hoy (esta noche) trabajo!!! :_(
Los ojos también sonríen. Son los que realmente sonríen. Tienes razón.
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