16 octubre 2006

Viramundo

Otra bonita tradición valenciana consiste en que, entrado en el último mes de embarazo, hay que ir a la catedral y darle nueve vueltas por su interior. Se arranca de la imagen de Nuestra Señora del Buen Parto, tras el altar mayor, justo enfrente del brazo incorrupto de San Vicente Mártir, brazo que ha sido visitado por más de mil quinientos japoneses guiados por el Gorras, que pretende convertir dicha reliquia en el principal reclamo turístico de la ciudad por delante del Miguelete, de las Torres de Serrano o de cualquiera de las acuarelas que pinte Calatrava y que sean ejecutadas con los sobrecostes brutales a los que el genio obligue. Pero es lo que tienen los genios, que son unos incomprendidos, especialmente cuando no pagan ellos. Pues eso, se arranca de Nuestra Señora del Buen Parto y a girar. Nosotros dimos las vueltas en sentido antihorario, que es como se corre en pista. Cada cual tiene sus vicios. Hay que rezar una plegaria a cada giro y, al toque de campana, lo mismo. También te dan un cirio para que alguien allegado lo encienda durante el parto, con el fin que todo sea más llevadero. Ana prefiere la epidural al cirio, pero es que ella es así de práctica. El hecho de dar las vueltas no garantiza nada, pero es bonito. Y así vemos la catedral, que también es muy bonita. (Sigo esperando esa bonita remuneración por tanta promoción de la ciudad de Valencia. Estará a punto de caer, supongo).

Yendo hacia la catedral vimos bastante gente agrupada por la calle San Vicente esquina Moratín, muchos de ellos chavales. Resulta que es un lugar de reunión de coleccionistas de cromos, especialmente de futbolistas. Veías a los críos con sus padres con listas de los cromos pendientes cambiando o negociando el precio de cada uno de ellos. Están mejor organizados que nosotros. Cuando yo coleccionaba álbumes de cromos de futbolistas (entonces jugaban Tonono y Violeta en la Selección, Cruz Carrascosa en el Córdoba, que estaba en primera y Luis Aragones en el Atleti, con Gárate y Ufarte) recuerdo que los cambiábamos en el colegio y, cuando ya nos faltaban pocos, mandábamos una carta a la editorial (Fher, creo) con dinero y sellos y ellos te enviaban los que faltaban. Más práctico pero más feo. Me dieron envidia, la verdad.

9 comentarios:

Tomoya I dijo...

Pues es que, como también te decía en el correo electrónico, pasear por Valencia o por Palencia, tanto me da, es muy bonito. He estado en Blasco Ibañez esta mañana, a por los impresos de la matrícula en Biblioteconomía y Documentación para Lucía. Nunca sabremos si inclina más su balanza lo atractivo de la carrera o la perspectiva de un dolce far niente funcionarial. Pero ese no es el tema de hoy. Decíamos que qué bonito es pasear, sobre todo por las mañanas, cuando todos trabajan y los estudiantes se enseñan sus politonos del móvil. Ayer, por ejemplo, estuvimos en la dársena, "ya tenemos malecón como en la Habana" decía Mónica, ignorante de que el malecón no lo ha inventado Rita, que parece que antes de ella esto era la Ciudad sin Nombre, caramba. Y, atiende, fuí en bicicleta. Nadie tuvo nunca mejor estreno. Soy el best rookie de los ciclistas. Pero ya te contaré...
A lo que íbamos, deambular como el flanneur de Baudelaire, el hombre en la multitud o guiando japoneses hacia el incorrupto brazo vicentino y luego una horchata en Santa Catalina es uno de los grandes placeres urbanos. Propongo nueva sección: paseos sentimentales por mi ciudad, sea ésta o cualquier otra de las que consideres propia.

3'14 dijo...

A mí lo que me sorprende es que perdure esa tradición de coleccionar cromos... tendré que ponerme las pilas o ya será mi hijo quien se encargue de ponérmelas llegada la ocasión... Aquí en Girona, los domingos por la mañana ponen cuatro paraditas en una plaza (bajo unas arcadas cuando llueve) con artículos de segunda (incluso quinta) mano. Principalmente libros, discos, vídeos... pero también he visto sellos y juguetes, puede que en alguna haya incluso cromos. Al padre de mi hijo le gusta ir. A mí me aburre, pero me parece maravilloso que tengan ese espacio para ellos.
En cuanto a la tradición de las vueltas a la catedral... al igual era una manera que tenían antaño de hacer andar a las preparturientas, pues dicen que es beneficioso dar paseos a medida que se acerca la hora del parto, pero la mayoría tienden a postrarse como inválidas... Al igual es por eso, no se...
Veo que se acerca la hora. Espero que todo vaya bien y sobretodo que a Ana le den esa epidural tan esperada. En mi caso no llegué a tiempo y al igual debería haber aceptado el cirio en caso de que alguien me lo hubiera ofrecido. Eso me pasa por atea y por no vivir en Valencia :)

SisterBoy dijo...

¡Tonono! no recuedo verle jugar pero recuerdo perfectamente su muerte, se sintió mucho en mi casa

Slim dijo...

yo tambien tengo ganas de bajarme al puerto con la bici.han hecho carril por alli?
me alegra ver que hay gente que considera la biblioteconomia atractiva.cuando yo la estudie casi nadie sabia lo que era. ahora lo de la dolce far niente es mentira...sobre todo para mi que todavia soy funcionaria "en funciones". por cierto me voy a estudiar...jaja

Tomoya I dijo...

Hola Slim, tienes un carril bici anchísimo hasta la salida al mar del nuevo canal. La vista de la ciudad desde allí merece la pena.
Lo del dolce far niente obviamente dependerá de los otros trabajos con qué lo compares. Lo de lo demás siempre nos parece mejor y a veces lo es.

Zar Polosco dijo...

Pues sí, Gorras, pocas cosas como callejear, especialmente en ciudades desconocidades, con esa sensación de no saber dónde estás. Lo de la bicicleta ya me lo contarás más despacio. Maroto siempre decía que Rominger aguanto mucho tiempo porque empezó tarde. Quién sabe si, a los cuarenta, tienes ocho Tours en tus piernas.

Imagino que una de las asignaturas de biblioteconomía será aprender a decir correctamente biblioteconomía. No había otra palabra más compleja, supongo.

Y sí que perdura la tradición de coleccionar cromos. Y el de Ronaldinho vale por ocho. Y el de Beckham por cuatro. Menudo mercadeo se traían los chavales y los no tan chavales, que finos son los padres.

No nos queda nada, Pi. El jueves va Ana al ginecólogo. Ya veremos, pero no sé yo si llegaremos a los Santos. Pobre Ana. Está deseando ya parir.

Y siempre hay que poner una vela a Dios y otra al diablo, que nunca se sabe y hay que llevarse bien con todo el mundo.

Y mis amigos funcionarios no es que experimenten el dolce fare niente, es que viven sumidos en él.

Siempre pensé que el trabajo perfecto era el de pesidente del COI. A ver, agenda de la semana: gran premio de fórmula uno, cuartos de final de los mundiales de balonmano y final de Wimblendon.

Tampoco vi jugar a Tonono. No había mucha televisión entonces y yo era pequeño, pero no recuerdo que haya habido otro jugador internacional de la Unión Deportiva.

Anónimo dijo...

Pues por alusiones, yo soy funcionario y he llegado a las 7:30 al curro. Eso sí, el relax del blog del Zepporro no me lo quita nadie.

Últimamente deambulo más por la montaña que por ninguna urbe, dado mi carácter y circunstancias montaraces. Pero en breve pasearé admirado y sorprendido por las calles de Guilin, porque me voy de congreso.

Eso sí, me sigue dando miedo entrar en las iglesias, catedrales o simples abadías, por lo del humillo bajo los pies.

Tomás Ortiz dijo...

Qué recuerdos de los álbumes de cromos de futbolistas! Y mira que a mí el fútbol no me gustaba demasiado, pero es que aquella no tenía nada que ver con el fútbol ni con nada especial, era el mero hecho de coleccionar algo y comprobar que eres capaz de llevar algo a término. Saluditos apretados

Zar Polosco dijo...

Joder, Torrija, el día que te organicen un congreso en un país con menos de dos horas de desfase te van a hacer un desgraciado.

Traeme un regalito, no sé, una foto dedicada de Li Ning o de Tong Fei o de Zhu Jen Hua.

Bienvenido, Reality Bit. Un placer. Sin ánimo de parecer descortés, devolveré la visita de manera inoportuna e impuntual.