No lo volveré a hacer más

Estuvieron este verano los Hermanos Calatrava por Belmonte. Nunca me han hecho demasiada gracia, además que pensaba que estaban retirados y acabados, pero el caso es que aquello se llenó y la gente se partía de risa. Vamos, que siguen vivos.

Traigo a los Calatrava al caso porque voy a inaugurar una sección que no sé qué periodicidad tendrá en la cual me voy a aprovechar de uno de sus gags; aquel en el cual el guapo o menos feo cantaba muy entonado una canción mientras que el feo hacía chistes. Pues yo, lo mismo. Voy a dedicarme a hacer comentarios sobre letras de canciones.

Evidentemente este giro hacia el absurdo sólo pretende enmascarar una notable falta de ideas y un declive de los temas en el blog. Como siempre, huyendo hacia delante. O hacia el ridículo.

Inauguro la sección con el legendario "Jardín prohibido" de Sandro Giacobbe.

Esta tarde vengo triste y tengo que decirte,
que tu mejor amiga ha estado entre mis brazos.
sus ojos me llamaban pidiendo mis caricias,
su cuerpo me rogaba que le diera vida.

Comí del fruto prohibido,
dejando el vestido
colgado de nuestra inconsciencia.

Mi cuerpo fue gozo durante un minuto,
mi mente lloraba tu ausencia.

No lo volveré a hacer más.

No lo volveré a hacer más....


Pues mi alma volaba a tu lado y mis ojos
decían cansados que eras tú, que eres tú,
que siempre seras tú.
Lo siento mucho, la vida es así.
No la he inventado yo.

Si el placer me ha mirado a los ojos
y cogido por mano, yo me he dejado llevar por mi cuerpo,
y me he comportado como un ser humano.
Lo siento mucho, la vida es así,
no la he inventado yo.

Sus besos no me permitieron repetir tu nombre,
y el suyo sí,
por eso cuando la abrazaba me acordé de ti.


Partimos como premisa principal del hecho irrefutable que el Giacobbe es italiano, más concretamente de Génova, y, como buen italiano, carece de valores éticos (dicen que el "Tratado sobre ética aplicada en Italia" y el "Libro sobre los grandes héroes italianos" son los libros más delgados del mundo), y, además, con ese pelo y esas camisas desabrochadas marcando pectus lupus, pues no lo veo yo sentado en la mesa camilla al calor del brasero viendo la tele.

El caso es que al gachó se le arrima la mejor amiga de su churri andando como Mónica Bellucci y le pide candela. Y pasa lo que pasa. Hasta aquí todo en orden. Lo que no acabo de entender es porqué se lo cuenta todo a su novia/esposa. ¿Qué gana contándoselo? A mí, con esa pinta de chulo pelvis que se gasta el tío, no me queda otra que pensar que ella le ha pillado con el carrito y él, aprovechando la depresión post-eyaculatoria, la caída de tensión y el vacío mental, pues a hacer pucheros y a decirla que abrazaba a la otra y pensaba en ella. Me gustaría que la oficial o legal fuese una maggiorata a lo Sofía Loren, Ana Magnani o Mina y montase una escena como Dios manda, con la cara marcada a arañazos, platos volando y el rosario de la madre como látigo. Aunque me da que va a ser una pobre chica todo bondad y candor que le perdonará y le compadecerá por su falta de voluntad ante las tentaciones de la carne.

Otra frase que me llama la atención es esa de "mi cuerpo fue gozo durante un minuto". Vamos a ver. Si pecas, pecas. Mi cuerpo fue gozo durante treinta y seis horas y batimos todos los records mundiales en número de posturas diferentes encadenadas me parece una frase mucho más apropiada. Cuando se tiene una oportunidad de presumir, se presume, aunque sea con el gesto compungido y los ojos vidriosos.

Y, para rematar, una pregunta: ¿alguien se cree de verdad que no lo volverá a hacer más?