09 octubre 2006

El Conqueridor

Ayer fue nou d`octubre, dia de la Comunidad Valenciana y, por tanto, festivo por aquí (un saludo a todos los que trabajasteis ayer). Pero, además, fue San Donis, día de los enamorados en toda esta zona. Es costumbre en este día regalarse la Mocaorá (un pañuelo que envuelve unos dulces de mazapán con figuras de fruta y verdura) y otros dulces de origen pirotécnico como la Piruleta y el Tronaor. Todo viene de los tiempos de Jaime I y su entrada en Valencia allá por el 1238 expulsando a los moros (lo recuerdo como si fuese ayer), lo cual, según el revisionismo histórico que estamos viviendo en nuestros días, se ha manifestado como el mayor de los errores que jamás se hayan cometido. Pero no es de esto de lo que quiero hablar.

El primer San Donis que Ana pasó en Valencia, ya casada, todavía no muy integrada y algo reticente con todo lo que sonase a valenciano, yo me presenté con mi Mocaorá todo emocionado. La respuesta de Ana, toda cariñosa, al verme con el presente fue: Vaya un pañuelo feo. Además, ¿acaso no sabes que no me gusta el mazapán?

Desde aquel año, cada nueve de octubre Ana me reclama su regalo. Yo siempre la respondo que no se preocupe, que está a punto de llegar. El mismo Jaime I, con sus dos metros de estatura, montado en un brioso corcel vendrá personalmente a traerle la Mocaorá a ella ex-profeso.

El viernes pasado, el pequeño Carlos salió de la guardería con la Mocaorá, seguramente con la intención de regalársela a la Chica de Moda, su verdadero amor (el Gorras es testigo. A sus dos años y medio mi hijo ya presenta trazas inequívocas de lo pardillo que va a ser. Aunque, la verdad, no me importaría tener a Charlize como nuera). Ana, al ver al crío con la Mocaorá, se emocionó.

Y es que hijos podrán ser más de uno, pero a mí me encontró en la calle.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasé el nou d'octubre sin mocaorá pero bien acompañado -H. P. Expósito, recuerda- haciendo horas de marcha hacia Penyagolosa.

Todo lleno de imbéciles buscando setas que no había, metiendo coches por pistas inverosímiles para más gloria de los fabricantes de amortiguadores y almorzando bucólicamente en bellos prados reverdecidos por el otoño a dos metros -literalmente- de sus coches. Nosotros comimos oyendo el bucólico mugido de las vacas de la Cambreta.

Habremos de quedar para que os vuelva a poner al día. Qué vida tan prolija llevo últimamente. Muertes, resurrecciones y nuevos advenimientos.

Zar Polosco dijo...

Cuando dices nosotros, ¿a cual de tus circustancias te refieres? ¿O se trataba de una compañía ocular? Nos tienes en un brete. No soporto tanta incertidumbre.

3'14 dijo...

Menuda semanita que os vais a pegar en Valencia, ayer fiesta, el jueves otra vez.. y más de uno se cogerá puente el viernes. Esto son semanas productivas para el espíritu! y lo demás son tonterías.

En cuanto a tu mujer, hazle un favor y ves haciéndole a la idea de que "la caída" con los años será mayor en proporción a los mimos que vuestro hijo le proporcione de pequeño...
Llega una edad en la que se avergüenzan de que les acompañen al cole, por no hablar de las demostraciones afectivas en público! Pero hay algo que le consolará, que a ti te seguirá teniendo a su lado, es entonces donde tienes que hacer acto de presencia ;)

Dios!!! Que cruz!!! bmqxpxhz megapalabra para una semana supuestamente corta?

Zar Polosco dijo...

Yo seré de los afortunados que este viernes hará puente. Y aún me quedan siete días más de vacaciones pendientes, que me fundiré en Navidad.

Y nuestro hijo empieza ya a ser un tanto hosco y huraño, pero a nosotros nos encanta hacerle sufrir haciéndole mimitos y carantoñas. Ya llegará la fase en que se avergüence de nosotros, pero por ahí hemos pasado todos.

wkwggsgq. No te quejes.

Tomoya I dijo...

¡Qué existencia tan mudable la de la veleidosa Torrija! Un día zen con chicharrillos, otro bien acompañado y rodeado de micófagos, un martes triste y un jueves azul flanqueando un dichoso miércoles. Qué veleta, qué inestable, qué sinfín de vicisitudes y tesituras.

Anónimo dijo...

Y lo que os rondaré morenos -y rubios. En mi prolija vida de torrija, las circunstancias cambian a velocidad de vértigo -hoy ya es distinto que ayer...