11 septiembre 2006
"La extraña pareja" no es lo que parece
No sospechaba Flema Maroto al recopilar textos para su obra magna "El morado es el más caro" que su pose vital iba a ser su peor enemigo. Ese afán por hacerse el interesante poniendo el listón a un nivel tal que todo lo que ocurre le deja bien insatisfecho, bien indiferente se tornó infranqueable cuando, por una vez, se aplicó sus propias reglas. Su "Oda al níspero" le pareció fría e insustancial. Su colección de relatos temáticos "Dos semanas en Los Calpes (y ni un minuto más)" le produjo sonrojo por su insipidez. Su ensayo "Si cayese una bomba en el "Ciudad de Valencia" no os preocupéis, que a mí no me pillará dentro" le resultó liviano y sin sentido. Atribulado, con un sudor frío que le recorría el cuerpo, sintiendo en sus propias carnes el llanto y el rechinar de dientes, comprendió que la moral y el rasero que emplea para juzgar a los demás es demasiado restrictivo para él por lo que decidió dejar las cosas como estaban: ser inmisericorde con los ajenos y elevar, si cabe, su nivel de autocondescendencia, y se centró en el bonito cuento que preparaba de título "Me comí doscientos calamares rellenos y por eso tengo pesadillas".
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3 comentarios:
Fria e insustancial, puede ser, pero quiero leer YA la "Oda al níspero".
Flema Maroto y la pisina de su humilde familia en Godella tienen un libro. ¿Serás tú su cronista, su Herodoto?
Investiga a fondo su obra, Zar Altisonante. He oído rumores en los cenáculos literarios sobre la existencia de una pequeña joya, autoeditada por el autor en tirada limitadísima de 50 ejemplares, objeto de deseo de bibliófilos desquiciados.
Invariablemente descontento del resultado, el autor eliminó la mayor parte de la edición. Se dice que "Moraliza que algo queda", su título, se ha convertido en libro de culto en diversas logias, sociedades secretas y sectas de diversa calaña.
Él te ha hecho daño pero siempre será tu jefe Flema.
Investigaremos en la obra de Maroto con el temor de aquellos relatos que hicisteis de su infancia cuando mordía en sus peleas.
"Moraliza que algo queda" lo tengo grabado a fuego en la memoria. Podríamos sentarnos, Gorras, aunque tengamos que remover viejos fangos.
Yo tengo un incunable, su famosa obra "Yo toqué fondo en Vistabella" del que muy bien podemos hacer una edición facsímil.
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