10 septiembre 2006

El paquete

Dado que perder con el Valencia me molesta especialmente, ya que es en esta ciudad donde vivo y donde me corren a collejas cada vez que el Valencia le gana al Atleti, algo que últimamente ocurre con demasiada frecuencia, y pasando por alto el hecho de que apenas tirásemos a puerta, voy a hacer pagar los platos rotos al niñato de Fernando Torres.

Yo soy de los que piensan que Torres es bueno, pero no tanto. Y ya me estoy cansando. En la Selección tiene que jugar en punta, cundo Villa es mejor que él. Y en el Atleti no lo veo ni con carácter, ni con hechuras ni con personalidad para ser el capitán. Que a los diecisiete años un macarrilla de barrio ya sea portada de periódicos, tenga dinero y contratos publicitarios para aburrir no debe ser la mejor manera de forjar al que debería ser el estandarte de un equipo. Y... parezco tonto, hablando de Torres y teorizando sobre psicología. Que si es verdad que ha habido las ofertas que han publicado, no sé como el Cerezo o el Gil Marín no lo han vendido con veinte lazos. Que un tío que deja a su equipo con diez en un arranque de soberbia como él hizo el sábado es para sentarlo un mes. Que ni es tan bueno, ni es imprescindible, ni es nuestro jugador insignia ni nada de nada. Que si lo vendemos no habría ni depresiones ni chirriar de dientes. Vamos, que si nos libramos de él y lo vemos deambular por Europa fracasando de equipo en equipo tampoco nos llevaremos un berrinche.

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