20 septiembre 2006

Creme tangerine and montelimat

Hay lugares comunes que son verdaderos paraísos, oasis que, a pesar de su recurrencia, nunca fallan y siempre son como la primera vez.

Veo poco a mi amigo Jose el vasco. Hablamos por teléfono de vez en cuando y nos enviamos correos chorras. Pero, cada vez que nos juntamos, después de haber repasado lo divino y lo humano, acabamos siempre en el mismo sitio: los Beatles, Álbum blanco y es entonces cuando él dice Martha my dear y yo digo Savoy truffle.

Al Gorras lo veo más y eso que ahora salimos menos con nocturnidad, aunque, en tiempos no demasiado lejanos, cuando nos íbamos de ronda cervecera con nuestra caña de pescar, volviendo siempre con el cesto vacío después de haber despellejado a nuestros amigos y de haber amado con infinita terquedad a todas las camareras, el final era similar: los Beatles, George Harrison, Savoy truffle, I me mine, For you blue, Long long long, ¿qué pudo pasar con el bueno de George?

Todos los ocho de diciembre me tomo un par de cañas a la salud de Mark David Chapman, ese prócer de la humanidad que le descerrajó cinco tiros al tonto el haba de John. Si le tengo una brizna de simpatía a la Jodía Foster, exceptuando Taxi driver, por supuesto, es porque todo ocurrió para llamar su atención. Espero se diese por aludida.

Con respecto a McCartney, podríamos hacer una encuesta sobre quién está envejeciendo peor, si el tonto la pústula de Paul o Sarita Montiel.

Ringo siempre ha sido Ringo y lo será por lo que le quede de tiempo, pero, ¿qué le pudo pasar al bueno de George?

Durante muchos años mi padre me estuvo diciendo que parece mentira, los Beatles, un invento del marketing, cuatro tonadillas facilonas y, hala, como tontos a consumir. Y yo entraba al trapo y discutía con él. Ahora ya no. Ahora lo escucho estoicamente, me voy a casa, me pongo el Abbey road, que lo tengo en vinilo, y desde Come together hasta The end (Her majesty no cuenta. O, bueno, sí que cuenta)... no sé. Sólo sé que tengo razón.

4 comentarios:

SisterBoy dijo...

Amigo Zar tu actualización de hoy me resulta tan misteriosa como el autentico significado de A day in a life ¿que significa esto? ¿Eres de los que desprecia la última etapa de Los Beatles? ¿Odias a John por Yoko? ¿Eres de los que piensan que Paul post beatle es el Perales inglés? Una explicación quiero.

Zar Polosco dijo...

Pues sí que me expreso mal.

Me gustan mucho los Beatles, especialmente en su última época. El Abbey road es uno de mis discos favoritos, por no decir mi disco favorito. Detesto a John y a Paul. Me parecen dos palanganas de tomo y lomo, aunque, de su época post beatle, me encantan de McCartney los discos McCartney y, sobre todo, Ram. A John lo odio por John. Y adoro a Harrison y lo que hizo Harrison es glorioso, pero sabe a poco.

A veces soy demasiado pretencioso y es más fácil decir que los Beatles son cojonudos y Lennon y McCartney unos gilipollas, pero me voy por las ramas y me pierdo en veleidades veleidosas.

Y Savoy truffle es la maravilla de las maravillas.

3'14 dijo...

Yo me había quedado con la idea en sí, vamos, que te parecen cojonudos, pero que Lennon y McCartney un tanto gilipollas ;)

De como está escrito el post, y si se llega a entender o no, creo que a veces con que uno mismo lo entienda, y alguien más, como pueden ser las personas que forman parte de esos recuerdos, es suficiente.

nabbodbu Hoy me ha tocado una palabra en swajili

Tomoya I dijo...

Ayer no pude añadir mi comentario a esta entrada pero me tuviste toda la tarde, mientras corría mis 20 minutos de los miércoles, cantando y completando el título de esta entrada "...a ginger sling with a pineapple heart".

Qué grande el Harrison del 68. Hay pintores que lo son de un sólo cuadro (Alfonso Ponde de León), escritores de un sólo libro (Salinger), futbolistas de una temporada (Mendieta), y Harrison, compositor de un año, el 68. Un buen año, que diría Diga la Única, pero sobre todo para el bueno de George.

"Cool cherry cream and a nice apple tart..."
¡Quién hubiese formado parte del grupo de saxofonistas de este tema! ¡Y qué grande la versión de los Cosipoi y los Urizar Azpitarte, flauta travesera en lugar de 6 saxofones, adaptando su única letra a las notas de Savoy Truffle! Sublime.