21 julio 2006

Dónde una chiquita con un buen muchachote

Concierto de Enemigos en la sala Cormorán y allá que nos fuimos la Torrija y yo. La Torrija muy bien pertrechada con su legendaria sudadera de los Enemigos que menos mal que era fina, pues dentro del local la temperatura estaría por encima de los treinta y cinco grados y la humedad sobre el noventa por cien. Sudar, lo que se dice sudar, sudamos.

La noche prometía. Concierto de los Enemigos en el mismo lugar donde años ha vivimos el imborrable concierto del Niño Gusano y, por si no era suficiente, mientras sacábamos las entradas nos cagó encima una paloma. Lo teníamos todo.

Antes de Enemigos, dos teloneros. Sin avisar ni nada. Los primeros, ni puta idea de quienes eran, tenían un cantante listo listo donde los haya, encantado de conocerse y asintóticamente pedante. Cuando se callaba la verdad es que la banda ganaba mucho. Tuvieron la desfachatez de hacer una versión de "Suspicious minds" y pude reafirmar una vez más mi teoría de que es imposible cantar canciones de Elvis sin engolar la voz.

Los segundos, Doctor Divago. Empezaron fuertes aunque luego fueron decayendo. Serios, profesionales, con una pose entre Gabinete y Loquillo, debe ser un marrón actuar delante de gente que no ha ido a verte a tí y que está deseando que termines de una vez.

Y, al final, los Enemigos. Guitarra, bajo y batería. El primer batería, el último bajista y Josele. Entre los tres no juntaban mucho pelo y sí unos cuantos años. Gira de conciertos con la excusa del vigésimo aniversario de "Ferpectamente". No se han debido de comer muchos torraos desde que se separaron. El concierto se basó en las canciones de "Ferpectamente" y en un montón de versiones de Fats Domino, Rufus Thomas, Beatles, Buddy Holly, soul, blues, rock`n roll y hasta country. Entre canción y canción se tomaban su tiempo afinando para recuperar el resuello y toser un poco. De principio a fin, estuvieron hora y media. Ellos se lo pasaron de puta madre tocando las canciones que les dio la gana. Nosotros, no tanto.

Pocos botes pudimos dar. Sólo con "La paella", "Florinda", "Dónde", "Juan Valdés" y "Fuagrás". Yo me quedé con las ganas de "Paquito", "Miedo", "Hasta el lunes", "No amanece en Bouzas", "A la era", "La cuenta atrás", "Alegría", "Me sobra carnaval", "Septiembre", "Qué bien me lo paso", "La venganza de HP Expósito", "No se hable más" y muchas otras. Bueno. Pudo ser mejor.

Pero, para no dar una imagen demasiado negativa, la verdad es que la entrada se paga sólo con ver a Josele cómo toca, cómo se mueve, los gestos que hace. Ese tío es impresionante.

Confiemos que en la gira por el vigésimo primer aniversario de "Ferpectamente" vengan sin teloneros, traigan mascarillas de oxígeno y se acuerden del resto de sus discos. Porque estar, estaremos los mismos. Y con las mismas ganas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Zepporro lo has clavado. Pero claro que disfrutamos. Tocan como dios, ponen unos caretos de miedo y, al fin y al cabo, son Los Enemigos, qué cojones...

Nos veremos en la próxima, tal vez con mis hijos, que yo intento educarlos bien.

Álex dijo...

Cabronazo...