Pues a mí me ha gustado. Y me he emocionado y todo.
No hubo tanto follón como nos hicieron creer que iba a haber.
No había hecho falta cortar tanta calle.
Valencia es muy bonita.
Los progres rabiaron un poquito.
Vi a Ratzinger a menos de veinte metros. Y sin tener que esperar.
Las niñas de colegio de monjas cantando canciones de niñas de colegio de monjas son grimosas. Pero están muy buenas.
Los niños de colegio de curas cantando junto a las niñas de colegio de monjas canciones de niñas de colegio de monjas son ridículos. Y son muy feos.
Esa juventud alegre, sana, jovial, comprometida, educada y tan pija da dentera.
Los progres cantan con unción "devuélveme el collar de perlas con un crucifijo de mi madre y quédate con todo lo demás".
Cuanto debieron sufrir Bono y Zaplana sin poder ser las vedettes de la visita papal.
A Rita se la bufa que el Papa sepa lo suyo.
Qué alegría los helicópteros que a las siete de la mañana ya estaban dando vueltas. Y esa megafonía a todo meter a las ocho de la mañana. ¿Cómo pudieron adivinar que, a mí, lo que más me gusta los domingos es ponerme a leer en la cama de madrugada?
Valencia es muy bonita. Hace mucho calor y mucha humedad en verano, es verdad. Pero es muy bonita.
Me gusta Valencia. (Tanta promoción espero que alguna vez se vea recompensada. Crematísticamente, por supuesto).
10 julio 2006
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