19 junio 2006

Sobre gatos y palmeras

Pues volvió a subir el gato a la palmera. Han hecho una temporada muy floja, no han jugado ni a las tabas, echaron a Oltra en la quinta jornada de mala manera, el presidente se ha enemistado con toda la categoría. Pero a ver quien les dice que no es justo, después de cuarenta y dos jornadas. Ya está el Levante de nuevo en primera. Ahora desmantelarán el equipo, traerán a un montón de mercenarios, tirarán a Mané, ficharán a Luis Fernández y a ver que se inventa Villarroel.

Yo estoy contento. Los Granotas me hacen mucha gracia. Son cuatro y siempre están renegando a la sombra omnipresente de los Chotos. Y estoy contento porque el año que viene tendré dos oportunidades de sacar mi bufanda y de ver al Atleti. No tengo demasiados buenos recuerdos del Ciudad de Valencia, aunque allí vi a Torres marcar dos goles. Me impresiono Torres aquel día. Qué manera de pelearse, con diecisiete añitos.

Por supuesto llamé a Maroto, ese gran levantinista, en su destierro condal mientras reflexionaba para el referéndum. Estaba eufórico. Decía que llevaba la bufanda puesta. Imagino que sería la de burberrys, pues no le conozco merchandaisin azulgrana. Pero da igual. Levante, tus colores son los míos, gritaba en su euforia. Maroto cantando. Maroto, que jamás atinó ninguna nota en ninguna canción, perpetraba el himno de su Levante. Entre Villarroel y Maroto, que Dios los pille confesados.

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