Estoy amargado. Con nueve montadores en cuatro obras no hacemos más que el ridículo. Las obras se eternizan, no terminamos nunca. El sueldo de esta semana me lo he ganado recibiendo estacazos. No he hecho otra cosa más que aguantar chorreos. Tenemos dos obras paradas y temo salir a la calle y que algún sicario me parta las piernas. Y esto me bloquea. Tengo la mesa llena de obras para estudiar y entre el puto teléfono y la tensión me veo incapaz de centrarme. Y encima estoy con tendinitis, así que, cuando llego a casa, siquiera puedo salir a correr y machacarme un rato para estar reventado y dormir algo. Porque luego no pego ni ojo. Esta semana ha sido de jaque mate. Y la que viene no pinta mejor. No tengo aplomo ninguno. Once años viviendo la tensión de las obras y no me acostumbraré en la vida.
Y esta tarde juega la Selección y me quedaré sin ver el partido. Confío en que ganemos cinco a dos, con Raúl, el jugador más sobrevalorado de la historia del fútbol mundial, manteniendo su nivel habitual de ridículo absoluto, con Cañizares con un par de cantadas de esas de meterte debajo de la cama y no salir hasta el día de su muerte y con Salgado retirado del campo con triple fractura de tibia y peroné. Que pague de una vez por lo que le hizo a Juninho.
23 junio 2006
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2 comentarios:
Un dos tres, yo me calmare, todos lo vereis...
Respiiiiiira xDD
Saludos!!
He transmitido tus técnicas de relajación, querida traidora, a todo el comité de porculeros que me amargan la vida con resultados varios. Creo que se reservan para el lunes.
Saludos y encantado.
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