Han detenido a Manolo Saiz y a unos cuantos más por el tema del dopaje. En seguida han saltado como resortes aplaudiendo y rasgándose las vestiduras todas las fuerzas vivas con la boca llena de palabras tales como escándalo, limpieza y pureza en el deporte. Joder, hablar de la pureza en el deporte es como hablar del código deontológico de los médicos: ridículo. Menos mal que ayer oí a uno que me cae como el culo, Iñaki Cano, defender que lo que hay que hacer es acabar con la hipocresía (según Balzac, y desde Moliere, una de las artes) y que si se quiere deporte de alta competición, se acepta tal y como es y punto. ¿Por qué los jugadores de la NBA no pasan controles ni en los Juegos Olímpicos ni en los Mundiales? ¿A quién le importa si Larry Bird, Magic Johnson o Michael Jordan se dopaban o no?
No sé si me explico. Queremos espectáculo. Pues que los actores se preparen para dar espectáculo. ¿Cómo? Como quieran. Yo me siento a ver una etapa pirenaica y quiero ataques y demarrajes. Veo una final de cinco mil y quiero a seis tíos por debajo de trece jugándose las medallas. Y en el minuto ochenta y cinco quiero a mi equipo comiéndose al rival. Y me la bufa si se alimentan con arroz, con pasta o con clembuterol fotovoltaico.
¿Que se pierde el romanticismo en el deporte? Bueno, eso sería como coger una depresión porque ves a un conejo en mitad del monte y no te saluda diciendo -¿qué hay de nuevo, viejo? La vida es así. No la han inventado los Tele Tubbies.
24 mayo 2006
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3 comentarios:
Supongo que mi noción de espectáculo difiere en este caso de la tuya, pero si lo hay, será ver a esos 6 tíos compitiendo para llegar antes que los demás a enseñarnos las áxilas, poco importa si es en trece minutos o en catorce. Imagino que ha habido carrerones espectaculares en los que no se ha batido ninguna marca.
Pero no te equivoques, espectáculo es lo que damos nosotros jugando al tenis-playa sin más dopaje que darnos gusto a los tendones.
Una carrera lenta sólo será espectacular en la última vuelta. Una carrera rápida es maravillosa desde la salida.
Y espectáculo el que doy yo en el tenis playa. Recuerda tu gran estigma. Tus tácticas, sean al ping-pong, al futbolín, al piedrabol o al tenis playa siempre han vaciado los estadios.
No sé si te vale de algo leyendo tu entrada anterior, pero Pablo Antón el manager del Liberty fue durante muchos años profesor mío en el Menesianos.
Curioso que entrase aquí buscando "Menesianos" y que mi última entrada hable de lo mismo que la tuya.
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