Acaba de salir Ana del ginecólogo. Después de la sesión fotográfica ha atendido a la prensa que la asediaba ávida de información. Todo va bien. Son cinco centímetros de nano, que no para de moverse y de dar vueltas, lo que vaticina ni un segundo de sosiego en los próximos treinta y cinco años. Me gusta que mi hijo tenga personalidad, aunque todavía no haya nacido. Todo está en orden, el riesgo es mínimo y, bueno, aquí seguimos.
Parece un chico. El ginecólogo no lo puede afirmar con rotundidad, pero lo parece. Igualito que su padre.
28 abril 2006
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