20 marzo 2006

Johnny Johnny

No sé que estaría haciendo Ana, pero el caso es que acabaron un montón de cintas por el suelo. Me llevó un buen rato reordenarlas y me quedé en la mano con una que le grabé cuando empezábamos a festejar. No tenía puesto los títulos, así que, al escucharlas, me iban viniendo todas las canciones inesperadamente, de sopetón. No me extraña que se casase conmigo. Qué sensación te produce el reencontrarte de repente con canciones que fueron, en su momento, fundamentales y que siguen conservando toda su fuerza. No sé que sintió el Padre al ver llegar al Hijo Pródigo, pero seguro que fue algo muy similar. Con el corazón encogido apenas podía respirar mientras escuchaba el Blue bell knoll de los Cocteau Twins, el Every night de McCartney, el Rock,n roll suicide de Bowie, a los Wings con No words y, sobre todo, a los Prefab Sprout con su nunca lo suficientemente ensalzada Goodbye Lucille #1. Qué gran artista Paddy McAloon. Y qué bonitos coros hacía Wendy Smith. Y que disco tan bueno es el Steve McQueen.

2 comentarios:

Tomoya I dijo...
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Tomoya I dijo...

Como diría Dwomo "La vida moderna tiene cosas tan estupendas..." Hay una nueva manera de leer un blog, un libro, escuchar la radio. Que el Altisonante menciona el Blue Bell Knoll, pues me lo pido al emule y enseguida lo estoy cantando. Que Muñoz Molina habla de la Oak Room del hotel Algonquin, pues el google me proporciona una docena de fotos del lugar. Y aquí estoy dibujando, escuchando a Wendy Smith depues de haber visto su carita en el google y cantando el Goodbye Lucille que no escuchaba desde hace yo qué sé cuánto. Qué buena canción y qué vida moderna tan estupenda.

"Españoles... hay coktail".