21 febrero 2006

¿Mejor mariconazo que mariconazi?

Venía esta mañana madurando la idea de escribir sobre José Alfredo Jiménez, ese hombre, después de un correo que me envió ayer el Gorras, cuando, en la radio, he oído una noticia que me ha dejado helado: ahora resulta que lo verdaderamente progre es ser nazi. Con todo el asunto de la Alianza de Civilizaciones y las caricaturas de Mahoma (ahora que lo pienso, Gorras de mis entretelas, hay una caricatura mía en la entrada de este blog dibujada por tí, perro infiel. ¿Que no me entretendré metiendo astillitas entre tus uñas de los pies?), nuestros aliados se manifiestan con pancartas que dicen God bless Hitler. Y nuestro Presidente, en cenas con su camarilla, afirma que eso del Holocausto es una leyenda. No, si cuando Vautrin (os recomiendo encarecidamente Papa Goriot, de Honorato) decía aquello de que no existen los principios, sólo las circunstancias, no sabía cuanta razón tenía. O sí que lo sabía.

Así que, los Fabra de la progresía se frotan las manos para crear en Auschwitz y en Dachau los nuevos Parques Temáticos. Marina D`Or va a ser un convento de Franciscanos comparado con lo que se nos viene encima. Y Aitana Sánchez Gijón y Leonor Watling harán la promoción de los nuevos templos progres. Los judíos son malos. Los nazis son buenos. Nada del puño en alto cantando la Internacional. Brazo estirado y a cantar el doichland uber ale (el alemán es mi segunda lengua) con la vena del cuello perfectamente hinchada (que bonito es el himno alemán, hablando de todo un poco).

Y yo, que más que facha soy antiprogre, ya no sé ni que pensar. Haré caso a José Alfredo, que me sirvan una copa y muchas más, que me sirvan de una vez pa` todo el año, que me pienso seriamente emborrachar.

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