31 octubre 2007

Que por mí no vayas a llorar

B. pertenecía a una familia pudiente en Libreville y ello le permitió realizar estudios universitarios en Madrid. En su época de estudiante en España conoció a A., madrileña de rompe y rasga con la que empezó a festejar y con la que terminó casándose. Una vez casados, partieron para Libreville donde a B. le esperaba un importante destino en la administración gabonesa. A., con su formación y dominio de inglés y francés, se colocó en la delegación de una compañía aérea europea que operaba en aquel país, delegación que terminó dirigiendo. Tuvieron dos hijas y, a pesar de la diferencia cultural y del orgullo herido de B., que no terminaba de encajar que su mujer tuviese un fuerte carácter y que doblase su sueldo, vivían bien, sin sobresaltos. Charlando con A. no pude por menos que mostrarle mi admiración por haber dejado todo y haberse ido a un país del centro de África a empezar una nueva vida en un mundo completamente diferente. Pero esta admiración por su decisión se quedó en mantillas cuando averigüé que las mujeres, en Gabón, al casarse pierden el apellido y adoptan el del marido, y su marido se apellidaba Mondongo. Se había casado con Mondongo. Ella se llamaba Mondongo. Sus hijas, a las que iban a enviar a estudiar a la universidad a España, se apellidaban Mondongo. Eran la familia Mondongo. No creo haber visto ninguna prueba de amor mayor en mi vida.

12 comentarios:

Tomoya I dijo...

Impresionante historia de amor Mondongo.
Un mito desde ya.
Exijo al Presidente Usurpador una plaza con su nombre y estatua en la capital de la República de la Gran Medusa.
Plaza de los Mondongo o del Amor Supremo. Creo que no me pondrá pegas.

Zar Polosco dijo...

No existe presidente usurpador sino presidente admirado y adorado por sus súbditos. Y ese soy yo. Y acabo de tener una gran idea. Voy a crear una gran plaza en la República Serenísima de la Gran Medusa, una plaza a la que nominaré como de los Mondongo o del Amor Supremo. En mitad de la plaza erigiré una estatua en honor de los Mondongo, estatua que representará a los mismos tiernamente abrazados en actitud genuflexa ante Zepporro Máximo.

(Acabo de escribir la entrada para el otro blog y estoy de una egolatría insoportable).

Sett dijo...

La verdad es que sí.Hay que estar pillada por el congoleño.

Álex dijo...

Grandioso, el amor siempre triunfa.

¿Mondongo? Je.

SisterBoy dijo...

Exijo pruebas

Zar Polosco dijo...

¿Pruebas? Lástima no conservar la tarjeta de la directora de la delegación de Swiss Air en Libreville.

3'14 dijo...

Peor sería que se apellidase Mandanga.

Anónimo dijo...

Podría ser peor:
Señora de Mi minga. la familia de Mi minga.

GaNDuL SaGaZ dijo...

Quería dar pruebas de ello. Quería encontrarla porque debía estar por internet. No lo encuentro. Increible.

Oficinas de Swiss Air en Africa
http://www.swiss.com/web/EN/general/contacts/Pages/worldwide_reservations.aspx
Solo se encuentran en Sudáfrica y Guinea Ecuatorial.

No me creo que Zepporro lo haya soñado.

Zar Polosco dijo...

Conocí a los Mondongo en noviembre de 2000. Volví a coincidir con ellos en enero de 2001. No me he inventado nada.

En aquella época, desde España había tres formas de llegar: por Air France vía Barcelona París; por Royal Air Maroc vía Madrid Casablanca y por Swiss Air vía Barcelona Zurich. Creo recordar que Swiss Air las pasó canutas en 2002 ó 2003. Gandul, investiga sobre la crisis de Swiss Air y sus recortes.

Slim dijo...

el mondongo en teruel se come, y esta buenisimo.

Arual dijo...

La de veces que he hecho el mondongo con mi familia en Teruel tras la matanza del cerdo...