Los buenos han vuelto

Si algo me gusta cuando voy en el coche con la radio puesta es encontrarme de golpe con una canción. La alegría del reencuentro con viejos amigos. Me gusta esa sensación.

Ayer fue el “Walls come tumbling down” de la Style Council.

Un error que he cometido y seguiré cometiendo es el de regalar libros o música. Uno tiene tendencia, o al menos yo, a regalar aquellos libros o discos que le han gustado o le han emocionado. Uno piensa en sí mismo cuando regala y el efecto no es el esperado. Y el tiro sale por la culata. Piensas que estás haciendo la madre de todos los regalos y no suele funcionar.

Donde he escrito regalar podría escribirse recomendar. Uno debería decir -este libro me ha gustado-, no –te recomiendo este libro.

Siempre que escribo sobre alguna canción me quedo con la duda de si hago bien. Luego pienso en mi amigo Kas y lo parafraseo diciendo, bueno, el blog es mío y me lo calzo cuando quiero (él no dice calzo, sino algo más procaz, pero similar).

Me estoy extraviando.

Donde iba. A lo mejor los ochenta no fueron sólo los Prefab Sprout. También estaba la Style Council. Y los Cocteau Twins, con su antológico “Blue bell knoll”. Los ochenta fueron nocivos, pero en medio del barrizal algo escarbaremos.

Cuando grababa cintas (con resultados cuanto menos desilusionantes, a pesar de lo buenísimas que eran) casi siempre las solía comenzar igual. Empezaba con “Mick`s blessings” de la Style Council; después grababa “Mustang Sally” de Wilson Pickett; a continuación “Try (just a little bit harder)” de Janis y luego ya las siguientes.

Me gustaba grabar cintas. Me gustaba el proceso de seleccionar las canciones, darles orden, grabarlas y luego escucharlas un par de veces antes de entregarlas. Me gustaba, aunque luego no tuviese feed back que dicen los de la Commonwealth o respuesta que dicen los más castizos. Me gustaba, sí.