“Querida María:
El verano del noventa y cuatro me lo pasé esperando que Paz saliese por televisión. Fue el verano del cuarto Tour, cuando Rominger era la gran amenaza y se hundió en las primeras rampas, cuando Berzin se iba a comer el mundo, cuando Pantani empezaba. Fue el verano del Mundial de Estados Unidos, el Mundial de Caminero y del gol de Baggio, que nos mandó a casa. El verano del noventa y cuatro no fue el verano en que te conocí, no fue verano de primeros amores. El verano del noventa y cuatro yo tenía veintiocho años y fue el verano en que te maté. Querida María: Nada hay como trabajar para ser un hombre de provecho, conocer el mundo real, saber lo que es la vida y lo que vale un peine, que hay que ganarse las habichuelas como todo hijo de vecino. Nada hay como trabajar para despoblar al mundo de Marías y para llenar de escepticismo, de mala leche y de resentimiento frases como buenos días o me da dos barras de pan o me cago en su puta madre. Querida María: El mundo se llena de tópicos y el verano del noventa y cuatro me vestí mi mejor traje y pasé tu página y dejé que, cada final de verano, pensase en las cartas que nunca te escribí porque eso me hacía ser nostálgicamente desdichado y autocompasivamente infeliz. El verano del noventa y cuatro me convertí en el gilipollas que siempre debí ser, el peor de los gilipollas, el que cayó en el sistema y utiliza la palabra sistema sintiéndose superior, el que piensa que, porque escribe una carta a María, se redime de su propia desgana y su falta de fe. Querida María: Soy un escéptico porque suena mejor que decir que soy un miserable, te maté porque no tuve cojones para decirle al mundo que te quería de verdad, te traicioné porque nunca he sido otra cosa que lo que soy ahora. Y cuando termine esta carta levantaré el bolígrafo terriblemente satisfecho porque he hecho una confesión y me iré a mi casa y mañana me levantaré y viviré el mismo día y seré terriblemente feliz porque aún tengo capacidad de confesar que soy una puta mierda y pasado confesaré que soy consciente que soy una puta mierda y dentro de un mes o de un año, al final del verano, te volveré a escribir una carta muy sentida. Querida María: No hay peor gente que la que es como yo. No hay peor forma de morir que de autocomplacencia, jugando a justificarse”.
Extraído del libro “Querida María: Casi llueve en Formentera”, del desgastado y resabiado escritor cretense Nomenoto Elísqueon.
26 julio 2007
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7 comentarios:
Querida María: Casi llueve en Formentera”, del desgastado y resabiado escritor cretense Nomenoto Elísqueon.
¿Que libro es ese?
Yotam poco melonoto
YO TAMPOCO CONOZCO ESE LIBRO, NI AL AUTOR.
YO NO ME NOTO NADA...ULTIMAMENTE
¿Maria que Maria? Que se piensa Nomenoto que todos conocemos a Maria o que?
Nomenoto tampoco conoce a María. De haberla conocido habría dedicado su obra a los gazpachos manchegos.
¿Y este señor firma sus libros en la feria del libro?
Formentera, la isla del amor, entiéndase como eufemismo.
En el verano del 94 cumpli 18...
Es el único que firma libros en la Feria del Libro de Creta.
Y el título del libro era únicamente fonético. Pero está bien que pueda ser leído entre líneas.
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