Campeonamos

Reitero de nuevo aquello de que las cogorzas son iguales a los quince que a los cuarenta, pero las resacas no. Poco viene Gabi por Belmonte, pero cuando viene se me lleva por delante y me deja hecho un pelele. Aún así, espeso como nunca, torpe, lento y maltrecho quiero dejar constancia de los dos grandes acontecimientos deportivos de este fin de semana.

El sábado después de comer me aposenté en el sofá con la intención de hermanarme con él y entre sopores y modorras ver el paseo militar de Contador en la crono del Tour. No hubo siesta y sí aceleraciones cardiacas cuando vi que aquello se nos estaba escurriendo entre los dedos, que el australiano (qué feo es el cabrón) y el americano nos estaban comiendo, y que con un pinchazo o una caída nos íbamos a hacer puñetas. Por los pelos. Qué largo se me hizo. No llegaba nunca Contador a meta. Pero llegó. Y ayer, pues otro Tour a la pera. Seis españoles entre los diez primeros. Ni un francés. Ganar en París, sea Roland Garros, sea el Tour siempre es muy agradable, aunque haya que ver el careto del americano innombrable acompañando a Contador en la crono, aunque haya que ver a Lissavetzski chupando cámara, el mismo que hace un año señaló a Contador con el dedo, como a todo el equipo Once o Liberty Seguros metiendo a Manolo Saiz en la cárcel, y los marcaron a fuego como apestados en una Operación Puerto que ha sido sobreseída por falta de pruebas, para ahora subirse al podio a sacar pecho. Poca vergüenza.

El segundo gran acontecimiento fue el ver a un equipo que jugaba de local en el estadio Vicente Calderón y que se supone responde al nombre de Atlético de Madrid, y digo se supone pues jugaba de azul y, que yo sepa, esa no es nuestra camiseta. Esos no son nuestros colores. No sé ya que les queda por hacer o los Gil y a Cerezo. Dentro de poco propondrán que juguemos de blanco. Bueno, pues ese equipo consiguió ganar esa enorme competición de gran prestigio conocida como Intertoto frente a un renombrado equipo marcando un gol de rebote (vaya defensa, despejando al punto de penalti de su propia área) y después plantando el autobús durante todo el segundo tiempo y acabar pidiendo la hora. Un equipo noble y sano derrochando coraje y corazón. Claro que sí. Ahora, a por la previa de la UEFA. Me da hasta vergüenza el escribirlo. Con lo que hemos sido, lo que somos.