Otra de las aportaciones musicales de la Torrija a nuestro acervo fue Malevaje. Casi todo lo que suelen hacer son versiones, muy buenas, por cierto, pero tienen aportaciones propias fabulosas. Una de ellas, quizá mi favorita, es la “Milonga del arroz blanco”, parte de cuya letra, más o menos, pues cito de memoria, adjunto.
Me cruzo con el vecino al volver de madrugada.
El marcha pa` su trabajo y yo me voy pa` la cama.
Con sonrisa desdichada me planta los buenos días,
luego, con paso cansino y la cabeza agachada,
se va pensando: -qué vida,
yo a currar y éste de farra.
Los fines de semana, con la inercia, suelo madrugar bastante. Aparte de mi hija madrugadora, no es raro que a las siete de la mañana ya haya desayunado y esté leyendo en el sofá. Eso de salir por la noche resulta cada vez más escaso y, lo que es peor, más cansado. Luego, a lo mejor, blogosfero un poco y me voy a correr. Me suelo cruzar con muchos que vuelven entonces. Siempre me viene la canción a la mente, aunque no es aplicable. Por muy disciplinado que pueda yo ser con mis entrenos, correr es una devoción pero me hace gracia ver a los grupitos dar sus últimos pasos en la danza del apareamiento y ver a la gente concentrada en un punto fijo tratando de no perder la línea y caer redondos al suelo después de hacer unas cuantas eses. Siempre alguno hace un chistecito a mi paso, a lo cual respondo haciéndome eco de mi proverbial mala suerte, que siempre me tiene que tocar cruzarme con los tontos del pueblo mientras les enseño mi dedo corazón. Algo entrañable, cariñoso.
El piso contiguo al nuestro tiene cierta historia. Al principio lo ocuparon unos extranjeros que merecen una entrada aparte que algún día haré. Después vino una parejita muy maja que estaba de alquiler y que acabaron yéndose a Bétera por motivos de trabajo entre otros. Luego estuvo mucho tiempo vacío hasta que lo compró un matrimonio de no sé que pueblo valenciano. Este matrimonio tiene una hija de veinte años que está estudiando en Valencia y que, junto a una amiga, ocupa actualmente el piso. Vamos, que tenemos unas vecinitas muy monas.
Ayer sábado teníamos un montaje complicado en Paterna. Cuando hay trabajos así me gusta estar, no porque vaya a hacer mucho, pues al final son los montadores quienes realizan la faena, pero para estar en casa nervioso y pendiente del teléfono, pues me voy y si surge alguna complicación estoy allí para dar soluciones, si está en mi mano (aparte del almuerzo como Dios manda que nos solemos pegar). Comenzábamos a las siete de la mañana, por lo que me pegué el madrugón. A las seis y media cerré la puerta de casa y llamé al ascensor. Cuando llegó al piso se abrió la puerta y de él salieron mis dos vecinitas, que volvían entonces de juerga. Se asustaron al principio, para acabar riéndose muy discretamente. Yo, con sonrisa desdichada, les planté los buenos días. Luego, con paso cansino y la cabeza agachada, me fui pensando: -qué vida, yo a currar y éstas de farra. Y me sentí terriblemente mayor.
17 junio 2007
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19 comentarios:
Es mucho más interesante la historia de los rumanos,cuéntala ya.
Eso, eso, cuenta lo de tus ex-vecinos, que seguro que tiene tela. De todos modos piensa en los resacones dificiles de pasar que te dan cuando sales de juerga, mira mi marido tiene 36 y cada vez que salimos (ahora de tanto en tanto claro está) está una semana malo, y me jura en arameo que no va a volver a hacerlo en un año por lo menos, aunque claro luego acaba pecando otra vez, jeje!!!
Porfa cuenta la historia de los vecinos raros que tenias, y yo prometo contar algunas rarezas de los vecinos alquilados que tenia, con llamadas a la poli y todo.
cuando salgo alguna mañana temprano con la bici, tambien me encuentro a los graciosos de turno que te dicen cosas..pero a mi me hacen gracia, excepto cuando van en coche y te pitan..y yo me pongo a temblar.
tambien me gusta ver los caretos, por que no os habeis dado cuenta de ese color inconfundible que se (nos) pone a la gente a esas horas de madrugada, como un poco sucio-ajado.
Yo tengo un vecino que se dedica a repartir prensa y sale a currar a las 2:30, con lo cual de vez en cuando me cruzo con él y seguro que tararea ese tango, pero yo a las 2:30 ya no oigo nada. Como ves no hace volver a casa al amanecer para que ocurra.
PD: lo de la paella, si cuaja, está hecho. Y si no cuaja en Castellón pues en Alboraya, o donde digáis.
Ya escribí hace tiempo (aunque no hace falta escribirlo) que las cogorzas a los veinte son iguales que a los cuarenta. Las resacas, no.
Contaré lo de las rumanas. No sé cuándo, pues esta semana voy a andar bastante itinerante.
En mis épocas de noctánbulo nunca soporté ver siquiera clarear. Siempre he procurado acostarme antes.
Y corriendo se me pone una mala leche de mil demonios. Menudas broncas meto en carrera cuando un tío me cierra o se me cruza.
En Alboraya, una horchata para merendar. La paella, o un arroz, en Valencia o en el Palmar. ¿Cuándo? Supongo que habrá que dejarlo para septiembre.
Creo que nunca me he cruzado con un vecino al volver de farra. Con mis padres sí: saliendo de casa, haciendo el desayuno (o la comida...).
Por cierto, déjate de historias de rumanos y pon una foto de tus vecinas para una mejor comprensión del texto.
No tuvimos que llamar a la policía, porque se presentaron en casa con pistolas,secretaria judicial, un tío que se creía Bruce Willis en "La jungla de cristal",otras dos tías que no se que hacían pero me dijeon que les gustaba mi sofá ,en fin de lo más animado.
Alex, las vecinas están bien pero dile al zepporro que te explique como era su cara cada vez que veía los tangas de las rumanas tendidos, casi se muere ahogado en sus babas.
"Ya escribí hace tiempo (aunque no hace falta escribirlo) que las cogorzas a los veinte son iguales que a los cuarenta. Las resacas, no"
Y creo que te dije hace tiempo que te iba a robar la frase.
Ana ¿con los tangas tendidos? Jajaja, xddd Zar chatín no me fastidies, ayss estas rumanitas que os traen de calle.
A mí marido le pasa en el gimnasio, dice que es alucinante la combinación de chandal de talle bajo y tanga a juego, que no comprende como los papis las dejan salir así de casa, y cosas por el estilo, ya ves, debe ser la cercanía a la cuarentena, que tiene estas cosas a parte de las resacas malas, jeje!
A mí me encantaría que pudiera ser la primera quincena de julio (el 7 o el 8 por ejemplo) porque podríamos intentar convencer a alguien que conozco que va a estar por esas fechas en Vinaroz (o como se diga). De todas formas comprendo que son unas fechas muy malas para organizar algo y tengo que hablar también con Arturo.
El fin de semana del siete-ocho de julio sería perfecto. Y el único hasta septiembre.
Borrado.
Yo sé quien va a estar en Vinaroz esa semana, he quedado con ella!!!
¿Qué se prepara para el fin de semana ese? Si no es mucho preguntar...
Se prepara un arroz bloguero en Valencia o en Castellón. El maestro Elbé está moviendo los hilos y tratando de coordinar a unos y a otros.
Luego, también me ha dado las claves secretas para abrir la caja fuerte del Banco de Santander, pero eso lo he borrado. No me parecía ético hacerlo público.
Ya he recibido instrucciones del maestro Elbé, lo tengo difícil ese fin de semana pero si puedo me apunto... Saludos!
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