06 junio 2007

Let`s bring it home

En un lateral del pabellón del equipo neozelandés en el Puerto de Valencia hay un puzzle gigante armado que representa una tarjeta postal. El sello es una reproducción del barco que compite por la Copa del América. El matasellos tiene la leyenda que titula esta entrada. La tarjeta está rellenada por miles de mensajes de apoyo y ánimo para el equipo. Cuando lo vi, me emocioné. Si yo fuese neozelandés creo que me temblarían las piernas cada vez que pasase por delante.

Nueva Zelanda le está zurrando a los italianos. Yo lo sabía. Y lo sabía por dos motivos. El primero era puramente estético. Los italianos, a pesar que los patrocina Prada, llevan un gris muy feo, mezclado con rojo y blanco, dos colores que, a franjas, quedan muy bonitos, pero aquí desmerecen. Los neozelandeses van de gris oscuro y negro, sobrios, elegantes. Tienen que ganar.

La segunda razón se la oí a Estiarte hace muchos años. Cuando España ganó la semifinal olímpica de Water Polo en Barcelona 92 la celebraron con algarabía, abrazándose y llorando. Cuando ganaron la semifinal en Atlanta 96, se ducharon, se vistieron y se fueron para la villa olímpica a pensar en la final. España perdió en Barcelona contra Italia (en la prórroga. Qué hijoputas los italianos) y ganó en Atlanta contra Croacia. Cuando el Luna Rossa eliminó de paliza a los americanos, Prada organizó una gran fiesta y se trajo a tres mil italianos (ando yo un tanto molesto con el servicio de Correos. Mira que se están celebrando estos días en Valencia fiestuquis de Louis Vuitton, Prada, Omega y otras marcas de medio pelo orientadas a un mercado de menesterosos y no he recibido ninguna invitación. Y es raro. Sin duda se han perdido. Y es que Correos ya no es lo que era). Nueva Zelanda eliminó a los españoles (con ese verde que llevábamos, es un milagro que llegásemos a semifinales. Vale que patrocine Iberdrola, pero ese verde no era de recibo. Menos hidrodinámica y estudios del viento y más prestancia y presencia, por favor, que no estamos en lo que tenemos que estar) y ni levantaron una ceja. Ellos han venido aquí a bringuearse home la Copa de las Cien Guineas y el resto son mariconadas.

El viernes pasado estuvimos el Gorras y yo dando una vuelta por el Puerto, viendo la regata de la final de la Louis Vuitton y el ambientillo. Estuvimos todo el rato ciscándonos en Rita y en Camps. Con lo bonito que está el Puerto ahora pues vamos a levantarlo de nuevo pues si a Ecclestone se le ha antojado que sus cochecitos pasen por ahí, pues ya la America`s Cup no mola que lo que molan son las churris de Briatore. No sé para qué quieren Cheste, que por lo visto es de los mejores circuitos, que se lo rifan para entrenar y organizar competiciones, que siempre está ocupado, con lo que costó de hacer, que con tantas veces que pusieron la primera piedra casi lo terminan a base de primeras piedras. Pues no, circuito urbano portuario. A destrozar lo que han hecho. Igual en un año el Gorras y yo paseamos por el circuito urbano y decimos esto sí que es bonito y no lo de la Copa del América, pero a día de hoy, Wenceslao, que les den por el culo a Ecclestone, a Briatore, a Agag, a Rita y a Camps.

Está muy bonito el Puerto. Muy lounge. Todo es lounge. La gente, los barcos, las cafeterías, los restaurantes, las tiendas…Vimos a un macarra de manual con su camiseta de tirantes rojos metida por dentro, sus pantalones cortos, sus Adidas Nazareno, sus parietales rapados y su melenilla rizada cayéndole casi hasta la espalda. Tuvimos que reprenderle su poco apropiado estilismo aunque tampoco es que nosotros seamos los Petronios, los arbiter elegantiorum del loungismo precisamente. Quería comprarle a mis churumbeles unas camisetas del Shosholoza. Entramos en su tienda y, en actitud muy poco lounge, miramos el precio. Y, en actitud menos lounge todavía, nos escandalizamos porque una camiseta de algodón costaba cincuenta euros. Poco lounges somos.


Yo ahora voy con Nueva Zelanda. Si ganan los suizos del Alinghi, que pudiera ser pues llevan un gris que no es muy feo, es probable que se queden (ya veremos, pues ahora manda Ecclestone aunque imagino que el dueño del Alinghi será coleguita de toda esta chusma y ya se apañarán) un par de añitos más. Ojalá, pues dan mucho ambiente. Pero voy con Nueva Zelanda. No lo puedo evitar. Por su estética. Por su actitud. Por sus colores. Por la tarjeta postal gigante. Si ganan se irán a las antípodas con la Copa y hasta luego, Lucas. Pero voy con ellos. Mi tejado está lleno de piedras.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta semana no damos una. Muy bonito lo del puerto, Rita, Camps y Fabra, pero pásate por la calle Luis Santángel, por ejemplo, al ladito de casa de mis padres. Ya que a Castellón ni vienes ni vais a venir, cógete al Gorras y pasea por Luis Santángel. Más o menos céntrica, cerca de Antic Regne, entre mierdas de perro, árboles podridos, coches abandonados, aceras que se deshacen, pubs cutres y sórdidos, pasea por Luis Santángel y verás que bonita la Valencia de Rita. La de las obras farónicas para forre de unos pocos ya ricos, la de los atascos increibles por la pésima planificación, la de la basura y la mierda para todos los que no son amigos.

Qué bonita la Valencia de Rita para italianos, neozelandeses, suizos y otros turistas ricos u otros ricos no turistas.

Isabel Burriel dijo...

Ahora todo es muy lounge, vayas donde vayas así que me alegro de que de vez en cuando haya tipos macarrillas, con su melenilla y todo. Si es que ya quedan pocos...

Zar Polosco dijo...

Parece ser, Gorras, que nuestro hombre en Castellón está ciertamente irritado. E irritable.

Miedo me da a partir de ahora escribir. No sé si hablar de fútbol, pero habiendo niños en el sudeste asiático que cosen balones para importantes multinacionales que, a su vez, patrocinan a importantes equipos de fútbol mejor que no. Podría hablar de correr, pero eso es una forma de utilizar el ocio, y el ocio es un lujo. Y la forma de emplear el ocio también es objetable y discutible. Podría hacer un listado de las preposiciones, pero habiendo tanto analfabetismo en el mundo sería de un cinismo aberrante. Podría hablar del sexo de los ángeles, pero, claro, el opio del pueblo y esas cosas.

En fin, Torrija, que estuve en el Puerto, me gustó y me lo pasé bien. Y te pido perdón por ello. Y no te preocupes. No volverá o ocurrir.

Y confío algún día en acertar.

pep-ito dijo...

Rojo tenue?
Mi blog rojo?
NO sé en qué te habrás fijado.

Estoy en pleno estudio de francés, el próximo lunes tenemos el examen de idioma de la oposición.

Ça va?

Pasitos de bebe dijo...

Bueno como no he visitado el puertop en pleno apogeo lounge me ha gustado tu descripción. No entiendo de ragatas más que de dos que se encuentran en la figura de una mujer y por mucho que se empeñe Punt2 y Rita seguiré sin entender, reconozco que lo que más me gusta de ello es el mar y el color que le da al asunto
Recuerdos de Violeta y bailarina desde tu antigua facultad

Apolonio-de-Rodas dijo...

Hola Zar, yo te apoyo, si que está bonito el puerto,las regatas son lo de menos, lo estupendo es poder pasear y ver el mar. Tienes razón con lo del color del barco español, era horrible muy poco lounge, hay que ser mas sobrio y estar a lo que hay que estar.
Por cierto yo tampoco he recibido las dichosas invitaciones a los fiestorros, debe ser que el correo de mi barrio tampoco es lo que era.

Arual dijo...

Ya me creo que se te borrara la actitud lounge de golpe con los eurazos del precio de la camiseta, es lo que tiene querido Zar. Pero bueno tanto lounge tanto lounge y luego está la zona de la que habla Torrija y se ve que no lo es tanto, aisss, me parece a mí que ha pasado lo de siempre, los intereses económicos y turísticos han mandado y los sociales en la cola como siempre, xddd!!!

Zar Polosco dijo...

¿Pocos macarras dices, Interrogación? El lounge pasará. El macarrismo será eterno. Los restos de Atapuerca reflejan que aquel prehomínido llevaba la uña del dedo meñique mucho más larga que las demás.

Estudia, estudia, Pep.

Acércate al Puerto, Llumeneta. Está muy bonito el canal. Y te noto despistada Yo me dejé los cuernos y la sesera en la Escuela de Industriales, en el Politécnico. La facultad de Económicas no sé yo si la habré pisado alguna vez.

Apolonio, tengo intención de encadenarme en la puerta de Correos hasta que reciba todas las invitaciones a mi nombre que han extraviado. Si te quieres unir...

Motivos para quejarnos tenemos todos. Detrás de mi casa va un parque que estaba previsto para el 2003. Ahora dicen que para después del verano. Y ya veremos. Pero eso no quita para que sea muy agradable pasear por el Puerto.

Pasitos de bebe dijo...

Yo iré al puerto pero ya iba antes e iré después, a mí me parece perfecto pero no me gustan los eventos donde la gente va como si fuera la última oportunidad de ir. Yo siempre he dado largos paseos por el puerto, por la playa pero en plan tranqui, así que iré
Ah!! y creí que tu habías estudiado en la Universidad de Valencia, Historia y Geografía o Historia del Arte jijiji

Apolonio-de-Rodas dijo...

Vale, pero las cadenas que sean de diseño. Yo llevare la cesta de picnic de Prada.

SisterBoy dijo...

La primera parte de tu entrada me recuerda esos comentarios que se oyen cuando algun equipo español o deportista individual de la misma nacionalidad llega a una final olimpica: ya nos hemos asegurado la medalla de plata. Hermosa mentalidad.

Sett dijo...

Bueno,veamos como van ocurriendo los acontecimientos.

Zar Polosco dijo...

Sisterboy, lo nuestro siempre fue la honra. Los barcos eran para los otros. Por eso no sé de donde han salido los Induráin, Alonso o Nadal (por muy mal que me caigan estos dos últimos).

Siguiendo con el Puerto, es agradable que ahora esté abierto a la gente. Hubo un tiempo en que se podía entrar hasta el final. Yo tenía costumbre de ir corriendo hasta el faro. Junto al faro alguna vez acabamos la Torrija, el Gorras, Maroto, algunos más y yo bebiendo cerveza y cantando canciones de la Mode. Luego cortaron el paso y apenas dejaban un kilómetro para pasear o correr. Ahora con las Marinas, de punta a punta puedes tener cuatro o cinco kilómetros. Y de noche es muy bonito.

elbé dijo...

No sé que me da que te gusta el cómo ha quedado el puerto. A mí me va a pasar lo mismo con la M30 un día de estos...

Zar Polosco dijo...

En mi grata visita maratoniana por Madrid pasé por varios túneles junto a mi amigo Jose el Vasco, con quien iba a recoger el dorsal. Los túneles no eran muy allá. Resultaban más graciosos los juramentos y venablos que escupió Jose las quinientas mil veces que nos pasamos o perdimos. Y él lleva toda la vida en Madrid. Quejándose de los madrileños, pues se considera vasco, pero en cuanto se aleja dos kilómetros de Madrid se pone malo.

La putada de la nueva M-30 es que el Calderón se irá a hacer puñetas. Y ahí me duele. Exactamente ahí.

cucumber dijo...

yo tambien he hecho varias veces el paseo hasta el faro, por el camino que iva encima del dique, hasta en bici, y para mi era más bonito que el paseo actual por el puerto. Pero esta claro que lo decadente no vende.
me encanta tu entusiasmo literario con las carreritas de los barcos, pero por mi como si hacen una carrera hasta el fondo del mar.
yo, es que esta historia valenciana de ciudad-escaparate no me la creo demasiado.Que le vamos a hacer!!

Anónimo dijo...

Estoy contigo, Cucumber. Ahora a ver si el Zepporro se pone igual de dramático con tu comentario :-)

Zar Polosco dijo...

Por imperativo legal y por presiones varias pondreme dramático.

Bueno, no.

Lo decadente es bello, muy bello. Como postura estética, muy respetable.

Lo decadente si vende. Rimbaud, Verlaine, Thomas de Quincey, Baudelaire. Otra cosa es que los beneficios vayan a parar a los autores.

Me resultan de gran belleza las naves abandonadas. Cuando he cogido el tren, al salir de Valencia, disfruto con el espectáculo de todas las naves de lo que fue Macosa junto a las vías. Son de una belleza decadente inenarrable. Los vecinos creo que están deseando que toda esa belleza se vaya de una puta vez a tomar por culo, pero es que los vecinos no tienen sensibilidad. Yo apelo a la estética. Ellos hablan de ratas, insalubridad y de inseguridad. No nos ponemos de acuerdo.

Volviendo ahora al Puerto de Valencia (¡en qué hora escribí sobre el Puerto!) el problema, o su virtud, es que ha pasado de ser un puerto pequeño al mayor de España en movimiento de contenedores. Lo que antes era bucólico ahora es un negociazo. Por tanto, ciclistas, pescadores, paseantes, atletas y amigos cantarines son sacrificados por camiones y contenedores multiplicados por mil.

Respecto a lo de las ciudades escaparate, no te queda más remedio si quieres aprovechar el filón del turismo. Y las ciudades se ponen en el mapa organizando grandes eventos deportivos, teniendo equipos competitivos que disputan finales europeas (hizo más el Valencia por Valencia llegando a dos finales de Champions que todo lo que le puedan consentir a Calatrava) o llevando al Papa de excursión. Promoción, marketing, llámalo como quieras.

Y yo no soy el abanderado de la megalomanía valenciana. Repito. Si tengo la Copa del América a diez minutos de mi casa, pues voy y la disfruto. Si estuviese en Sagunto no creo que fuese. Pero es que la tengo ahí.

Yo no sé que me pasa últimamente que cada vez sintetizo menos. Voy a ser el abuelo más rollero del universo.