Ya sólo me escribe el banco. Abrir el buzón es un acto rutinario, desprovisto de la menor de las emociones. Igual hay publicidad. Igual una multa. Igual Hacienda. Igual el Centro de Transfusiones.
Hubo otro tiempo, sin duda. El buzón era una caja de sorpresas. Abrirlo al volver a casa era el momento más esperado del día. Yo he escrito mucho y he recibido muchas cartas. Me he carteado con gente de Madrid y de Belmonte, en vacaciones con los de Valencia. Ana y yo estuvimos diez años de novios, ella en Madrid y yo en Valencia y nuestra relación fue telefónica y epistolar. Muchos años dominando las tarifas de correos. Muchos años cruzándome con carteros por las calles y refrenando mis ganas de abrazarles.
Con la desaparición de la carta como medio de comunicación también se pierde un acto que fue fastidioso en su momento y que, pasado el tiempo, resulta muy entrañable que no es otro que esas madres leyendo las cartas de sus hijos perfectamente conocedoras de los escondrijos secretos y recovecos imposibles. En mi casa todavía nos reímos cuando mi hermano recibió una carta con un encabezamiento único: “todavía recuerdo el pedo de despedida”. Mi madre, toda escandalizada, le contaba a mi padre, -tú te crees, todavía recuerdo el pedo de despedida. Seguro que fue el guarro de tu hijo. Mi padre la miraba muerto de risa y le decía, -me parece que no has entendido nada.
Ahora tenemos el correo electrónico, que es un gran invento, que con poco esfuerzo te mantienes comunicado con un montón de gente, aunque sólo sea enviando correos chorras de tías en bolas. Y lo de los mensajes, cojonudo cada vez que juega el Atleti y estamos seis colchoneros, cada uno en una punta de España, comentando el partido. Estamos solos pero estamos acompañados (ayer enviamos pocos mensajes, por cierto).
Pero no es lo mismo.
Ahora mato el gusanillo escribiendo a la Sierpe por su cumpleaños. La única carta que escribo y es a ese cabronazo que no muestra el menor interés por mi vida. También es verdad que me paso toda la carta ciscándome en sus muelas y mentándole la parentela, siempre desde la ironía y el savoir faire.
Pero a mí ya no me escribe nadie.
Ay pena, penita, pena.
19 febrero 2007
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9 comentarios:
Yo también tuve una relación epistolar con bellas cartas rematadas por fragmentos de obras de Poe (ella) y por frases del dialogo de Henry retrato de un asesino (yo)
Naturalmente todas esas cartas han sido debidamente destruidas.
Ana y yo, una vez casados, para hacernos de rabiar sacábamos cartas pretéritas al azar y nos las leíamos. No creo que haya nada más grimoso y vergonzante.
Firmamos un pacto. Juntamos todas las cartas y las tiramos a un contenedor para que fuesen recicladas (no creo en el cambio climático pero estoy muy concienciado con la regeneración del ecosistema.
Como samos unos cabrones, cada uno se quedó con tres o cuatro porque nunca se sabe que puede pasar y es una lástima deshacernos de un arma tan letal y contundente.
Por otra parte, en mis cartas siempre ponía letras de canciones (esta afición viene de lejos) y versos míos. Si me convirtiese en un personaje público, la telebasura se cebaría conmigo y no les faltarían argumentos.
Pues yo tengo una colección entrañable de emails bien archivados y de nuevo acrecentándose. Evidentemente, los mejores son los míos.
Me parece bien no hablar del futbol pero, ¿y la maratón?
Siempre he utilizado un papel,para reunir las letras,que se escapaban de las entrañas...
Unas veces,con ellas,tratabas de apoyar a alguien,aunque tal vez las utilizaba para disimular algun sentimiento más intenso;otras para decirles a las personas que admiras,de cuánto te sirve su esfuerzo de cada día o simplemente para dar las Gracias;aquellas para construir una amistad,que con el paso del tiempo,acabo derrumbándose y las más duras,las que acogían unas últimas palabras que dirigías a alguien,antes de irte por otro camino...
Algunas he recibido,muy especiales ,te daban fuerzas para seguir andando un trecho del camino,te llenaban de esperanza,de ganas de hacer realidad tantos proyectos...después de superar la emoción inmensa de encontrarla en tu buzón.
Una de las últimas la tengo enmarcada en mi pared...nunca imagine que Él llegaría a escribirme...quizás porque las cosas hermosas ocurren,cuando menos lo esperas.
Otras veces,me he quedado esperando día tras día,aquella respuesta que nunca llegará...
Trato de que mis emails se parezcan a aquellas cartas,pero es difícil...se ahorra tiempo pero se pierde en el sentimiento,entre otras razones porque nunca se emborronarán por la emoción de una lágrima.
A una también le gustaba acompañarla de letras de canciones y versos...Tu post me trajo a la memoria ésta...
"los oasis son siempre espejismos
hay pasiones que niegan el cielo
cuando me quisieron
yo no quise tanto
y cuando he querido
no siempre quisieron
las palabras no solo definen
hay canciones que guardan misterios
cuando me llamaron
no escuché el mensaje
cuando yo lo quise
no me respondieron
poco mucho
algo casi casi nada
no siempre se cruzan
todas las miradas
hay distancias que guardan caricias
y lugares de pocos senderos
mis señales de humo
no encontraron ojos
y llegaron cartas
cuando estaba lejos
en el mar hay tesoros y peces
en el río hay arena y secretos
cuando lo quisiste
no salió la luna
cuando no esperabas
te llovieron besos
poco mucho…"
"Oasis" Pedro Guerra
UNA FORTA ABRAÇADA!
Ya estoy aquí, Zeppo mío, tras mi periplo madrileño. No te amohínes, yo te escribo cartas sin parar, te pongo los puntos sobre las íes, te canto las cuarenta y te recuerdo con un vago recuerdo de otras noches, pero luego no, las cartas no las envío, las proclamo con dicción regular y rubor mayúsculo en alegres veladas patafísicas. Es tan corto el amor y tan lejano el buzón ¿Qué más da que no llegues nunca a recibirlas si todos, incluído el Barbas, te queremos tanto?
Sabes que he memorizado para ti centenares de frases de Marco Tulio Cicerón y que me gusta ornar con ellas las epístolas que electrónicamente te envío. Venga pues ésta que viene pintiparada al caso que nos ocupa, tu desazón, tu vacío, tu zozobra dominical:
morum dissimilitudo dissociat amicitas.
¡No, no lo permitiremos, ni la Torrija ni eu mesmo! ¿Para cuándo Torrija rediviva unos anti-pasti con graciosas anécdotas galantes?
PD: Qué miedo da a veces el bueno de Sisterboy y no sólo él.
Decía Chaumel que lo mejor de una carta era el sobre. Sólo con ver tu dirección escrita uno se sentía bien pues alguien había pensado en ti. Chaumel, siempre tan positivo y tan animoso. Yo siempre le contestaba que una leche, Don Ameche, que podía largarle una retahíla de contraejemplos, todos, absolutamente todos protagonizados por mujeres por no llamarlas malas zorras que negaban su aseveración feliz y risueña.
Toda mi vida he deseado decir lo siguiente: no estoy de acuerdo con Marco Tulio Cicerón. Nuestras costumbres fueron las que fueron. Nuestra amistad es la que es. Algo de razón tiene, pero no toda.
Y en el tema de calidad de cartas enviadas/cartas recibidas, mis receptores han disfrutado muchísimo más, aunque no tanto como yo escribiéndolas.
P.D. Estuve fuera este fin de samana. Me dolió mucho no estar viendo el maratón. Yo, Torrija, correré en Madrid. Te mantendré al tanto, no temas.
P.D. Somos muy malos, rematadamente malos, pero no firmo el quinto puesto. Ya que estamos ahí, pues oye, a ver que pasa.
Qué bonitas las cartas... y qué antiguas. Yo hace años que no recibo ninguna.
He muerto.
Te escribiré desde el más allá.
¿Susto o muerte?
Buh! Buh!
Querido Zar:
Quisiera poder haberte escrito estas lineas de mi puño y letra, en papel, cerradas en sobre y con el matasellos correspondiente, pero a falta de una dirección física, me remito a esta virtual.
Son tantas las horas pasadas en "tu casa" que me siento parte de la familia ya.
Te escribiría un poema, pero no dispongo de las cualidades suficientes para la poesía. A falta de estas, una canción sería lo apropiado, pero tampoco tengo un gran abanico de conocimiento musical como para regalarte algo similar.
Así es que, siempre desde el más profundo de los sentidos, del humor digo, te mando esta carta. Siempre puedes imprimirla y reenviártela en papel XD
Con afecto, siempre tuya, 3'14
Oye, se capta que algo tan recargado es coña, no? Jos.. es que últimamente parece ser que mi sentido del humor no anda afinado a la percepción de los lectores. Luego me extraña que me gane enemigos a pulso :)
Por cierto, te he respondido en el blog de Sisterboy, pero si quedan dudas, lo arreglamos todo con cuatro gritos en la comida familiar que hagamos por Navidad :D
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