Anoche comencé “62. Modelo para armar” de Cortázar. Son doscientas y pico páginas. Me costará seis meses, seguro, de idas y venidas, tomándolo y retomándolo. Cortázar es para degustarlo y saborearlo quizá más que para comprenderlo. Alguna vez sé lo que dice pero me encanta siempre cómo lo dice. Y una página suya son diez libros. O más.
Cortázar me produce el mismo efecto que, a otra escala, me causa el Niño Gusano: me expande la mente y me empuja a su universo. Por eso escribo esta entrada. Se avecinan grandes memeces. El Zepporro con pretensiones cortazarianas da un resultado cercano al ridículo. Lo sé. No me importa. Es probable que vacíe de lectores este blog de la misma manera que Iván Lendl vaciaba los graderíos de las pistas de tenis y el Inter de Helenio Herrera vaciaba los estadios a pesar de Luisito Suárez. Será el precio a pagar cuando me sienta poseído por las ínfulas pretenciosas. Cortázar ciega mis ojos.
P.D. Mañana, siguiendo la estela de 3`14, clavaré cinco líneas del libro. No quiero exponerme a la mala suerte y me cambie alguna célula cerebral y acabe volviéndome del Madrid o del Barça.
22 febrero 2007
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8 comentarios:
No te preocupes, a algunos nos tienes acostumbrados a tus zepporreces ^^ así que siempre te quedará algún que otro lector. Y si nos cansáramos, siempre puedes darnos la paliza para que te leamos.
Desde la ironía.
GaNDuL SaGaZ, Señor del Sie7e
Pues a mí, Cortazar no me acaba. Y siempre me gustó Ivan Lendl -"es una fuerza de la naturaleza" que decía el bueno de Juan José Castillo entre gemido y gemido cuando comentaba el tenis. El que era un capullo integral era McEnroe...
Por si no se nota, esto es un poco de acicate para que no pongas líneas de Cortazar en el Blog y te dediques a masacrarme o a ensalzar a McEnroe o a denostar a Lendl o a todo ello a la vez.
Yo de Cortazar sólo conozco "Historias de cronopios y famas" y una antologia de sus cuentos cortos. Con Rayuela nunca me he atrevido a pesar de que lo tengo hace años.
Estaremos atentos a tus instrucciones
Gandul, mis escritos no son zepporreces sino zepporrismos. Y tú, especialmente tú, no te puedes cansar. Tu obligación diaria no es trabajar, sino leerme.
Desde como me contradigas, te flagelo.
Iván Lendl es el principio del fin del tenis. Desde entonces los tenistas se han convertido en pegadores de raquetazos.
Mecir y McEnroe han sido los últimos tenistas. Y McEnroe figuraba en mi lista de los diez intocables, con lo que, Torrija, hay un yunque que lleva el nombre de tu bolsa escrotal escrito.
Los relatos cortos de Cortázar me tuvieron dos o tres años trastornado. Y atrévete con Rayuela. Yo me lo leí en la mili. Cada vez que tenía servicio Rayuela me acompañaba. Y figura entre mis libros predilectos, con Karamazov, Sobre héroes y tumbas, Conversación en la catedral y unos cuantos más.
He pasado de casualidad por tu blog. Me gusta mucho como escribes. Amenazo con volver... Saludos.
Vuelve cuando quieras, Mae. Siempre habrá un plato en la mesa.
Yo no pude dormir bien durante algún tiempo por los relatos cortos de Cortazar, aunque el de los bombones con bichos(creo)me encantó.con Rayuela lo he intentado de todas las formas posibles y no puedo, y eso que creo que todas las tías se ven reflejadas en la maga (ya quisieran)Por último,¡¡ arriba los rusos!!!!! es raro encontrar a gente que les guste, mis favoritos: Los cuentos de Gogol, La madre y El jugador
La Maga es la mujer ideal de todos los hombres.
Los cuentos de Gogol son maravillosos. Y cualquier libro de Dostoievski, especialmente Karamazov, Demonios, Crimen y Castigo y el Idiota. Las obras de teatro de Chejov son buenísimas, mejores que sus relatos cortos, que tampoco son mancos. Y Tolstoi, a pesar de sus duquesas y condesas, también está muy bien, especialmente Karenina.
Leer a los rusos es una de las actividades más placenteras que puede realizar el ser humano. Da reparo enfrentarte a ellos, pero, cuando empiezas, no pudes parar.
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