Y ahora una de esas bonitas entradas sobre mis carreras que tanto éxito tienen de crítica y público.
Me había dado septiembre de tregua, pero creo que no. Ya he fijado en el calendario para este sábado ir a Cheste a correr una carrera no demasiado larga de diez kilómetros y el sábado siguiente volver a la media de Valls dels Alcalans que transcurre por Montroy, Real de Montroy y Monserrat, una carrera preciosa y muy dura de las que enganchan. El año pasado la corrí y este año vuelvo con la única pretensión de hacerlo mejor que el año pasado, algo que creo puedo hacer. Allí no se pueden hacer buenos tiempos (1h. 32` es la marca a batir), sólo disfrutar y traerte miel, que tienen mucha y muy rica.
Y en octubre, a saco. En octubre tengo que bajar de uno veinticinco. Y si no, en noviembre. Y si no, en diciembre. Pero de ahí no pasa. El año que viene quiero preparar el maratón de Madrid pletórico de moral y de confianza, que tengo que atacar las tres horas y Madrid es jodido. Ya me he comprado las zapatillas que me han de acompañar en ese día.
Eso será el año que viene. Os tendré al tanto de mis correrías.
De Real de Montroy era una peluquera de nombre Aida o Aída que tenía una amiga cuyo nombre he olvidado a las cuales conocimos Maroto y yo una noche en un garito y con las cuales volvimos a quedar. Otro bello y hermoso ejemplo de lo que pudo haber sido y no fue por culpa de ese grandísimo cabronazo de Maroto y su puñetera doble moral.
18 septiembre 2006
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