06 agosto 2006
What is the mechanism?
Fin de semana belmonteño en estado puro. Una panda de cuarentones como adolescentes pues tú has dicho, pues anda que tú, y tú más; todos rajando, criticando. Belmonte cada vez me gusta más y cada vez me gusta menos. Se está a gusto allí, al abrigo del castillo. Tanto en Belmonte como en Villaescusa se disfruta corriendo. Te hinchas a hacer cuestas y tienes un montón de caminos para perderte y tratar de no tropezar con conejos, liebres, perdices, culebras, lagartos, zorros y jabalíes. Mucho frío y mucho calor, pero frío y calor de verdad, no como la humedad traidora de Valencia. Aunque el ambiente cada vez es más insano entre nosotros. Somos un grupo de amigos muy numeroso y con más de veinte años de amistad, pero hemos progresado poco en todo este tiempo. Estamos igual que al principio, con más años, más canas y más hijos, pero con las mismas gilipolleces y memeces que parecen artículos de un código de honor que el que no respeta comete un sacrilegio. Cada uno tiene su papel y luego su vida por ahí. No sé como decirlo. Como ejemplo baste decir que allí nadie sabe nada de este blog. Tendría que dar demasiadas explicaciones de una parte de mí que ignoran y que no tengo interés en que conozcan. Belmonte me aporta lo que disfruto allí en soledad. Con la gente me divierto, me emborracho, criticamos a los ausentes, decimos las mismas tonterías y me saturo en cuatro ratos. Es un complemento. Igual tengo varias caras y a todas las voy saciando en diferentes entornos. Será eso, porque siempre tengo muchas ganas de ir, aunque luego vuelvo renegando. Tendré que meditarlo.
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