01 agosto 2006

Qué bonitas son, madre

Hay algunas canciones por las cuales siento verdadera fascinación. Son esas de apariencia inofensiva, que se presentan con un lacito, una sonrisa y una palmadita en la espalda pero que son verdaderas cargas de profundidad con efectos devastadores que se cuelan por una rendija y te desmontan y te zarandean como un pelele. Pondré algunos ejemplos particulares, personales, míos, muy míos.

"Happy days are here again" de la nunca lo suficientemente ensalzada Barbra Streisand. No consigo terminar esta canción sin llorar. Mira que hago verdaderos esfuerzos de concentración pero siempre acabo haciendo pucheros y abrazándome a lo que tengo más cerca sollozando -es que es tan bonita. Es que han sufrido tanto.

"The days of wine and roses" del grande entre los grandes Henry Mancini. Ésta, la verdad, tiene truco. Difícil es abstraerse, mientras la escuchas, de Jack Lemmon y de Lee Remick. Qué angustia. Y esos coros -laugh and run away like a child at play- mientras los ves derrumbarse.

La versión de Emmylou Harris del "Mr. Sandman". Esta canción me lleva al verano del ochenta y uno, cuando nos vinimos a vivir a Valencia. Mi padre, recién incorporado a su nuevo puesto de trabajo y, por tanto, sin vacaciones, quería a la familia unida y alquiló un apartamento en el Perello para julio y agosto. Mi hermano y yo, con catorce y quince años, cabreados porque nos queríamos ir a Belmonte. Estábamos en esa edad tan gilipollas en que las chicas empiezan a desnivelar la balanza frente a los Madelman y los Click de Famóbil. Teníamos tal mosqueo que decidimos hacer una huelga de aburrimiento. Nos conjuramos para crearles a mis padres un problema de conciencia. Y lo intentamos. Salvo las ocho horas al día que pasábamos jugando al frontón, al tenis, corriendo, jugando al fútbol, en la playa o dando una vuelta con las amistades que hicimos, pusimos las mejores caras de hastío y abulia que jamás se hayan visto. Pero no funcionó. El caso es que, mientras ensayaba muecas, siempre tenía la radio puesta por si sonaba "Mr. Sandman" pues me creaba un estado de melancolía que yo achacaba al recuerdo de la caída de ojos de aquella musa que, pese a que no frecuentaba cierto gimnasio de Castellón, se llamaba Mª Carmen. Veinticinco años después me sigue despertando la misma sensación de melancolía. No sé por donde caen los ojos de todas las Mª Carmen que no hubieron en mi vida, pero cuando la dulce Emmylou dice aquello de mister Sandman bring us a dream, yo le pido al señor Hombre Arena que deje otro sueño para mí.

7 comentarios:

Tomoya I dijo...

Mi nueva manera de leer es con el google y el emule bien dispuestos a mi vera. Que en el libro que estoy leyendo, siempre que no sea de ficción, se menciona a fulanito o a menganita, pues lo tecleo en el google y veo su careto. Que el Zepporro se humedece hasta el paroxismo con Emmylou Harris, pues me la pido a la mula para ver si yo recuerdo alguna maricarmen.

Ya tengo pedido el Mr. Sandman pero ¿qué versión me pido de The days of wine and roses? Yo tengo la de Tonny Benett y no me provoca pucheros. En la de Henry Manicini, que también tengo, no hay coros.

Tomoya I dijo...

Estaba equivocado. He escuchado la de Henry Mancini y sí que tiene coros. Creí que era instrumental.
Sí que es bonita, madre, como el blanco, el negro y la infinita gama de grises de los años 50. Y lo dice un pobre acromatópsico.

SisterBoy dijo...

Pues a mi esa canción me da mieditis, claro que creo que la primera vez que la oí fue en La noche de Halloween.

Robot, yo también ultimamente leo con esos instrumentos al que añado la wikipedia.

SisterBoy dijo...

Y el youtube!!!

Tomoya I dijo...

Ciertamente, Sisterboy, cómo no había caído. Recomendémos al Zar que busque también esos temas en el youtube. Yo lo he hecho con el de Barbra pero, conociendo a Zar y tus aficiones a Todos los Santos, me temo que pueda provocaros mieditis. Y a ver a qué se abraza Zar con lo miedosillo que es.

El andamiaje de fondo del vídeo, tipo Torres-García o Pantera Rosa, no acaba de dar rollo happy-again, y la boca de Barbra alcanza aperturas sorprendentes. Un pelín sobreactuada, yo digo.

Aquí os dejo el enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=fA8OmK3qslw&search=happy%20days%20are%20here%20again

Zar Polosco dijo...

Dice Zente, que es el que domina el tema, que tenemos un ancho de banda que es una mierda, y no vamos a ir al jefe con la excusa de que no podemos ver bien lo que provenga del youtube.

Es decir, un buen rato para sólo ver treinta segundos de vídeo.

¿Barbra sobreactuada? Por favor, no mancilles su personalidad humilde y natural.

Y yo soy muy valiente. Pero mucho. Y muy cariñoso. Por eso me abrazo tanto.

Anónimo dijo...

Yo leo con el Petit Robert hasta que me acabe Les Diaboliques, y de ciberayudas nada que en la montaña no hay internet -sí, ya sé que soy cada día más huraño, misántropo y montaraz.

Hoy he venido al mundo por ciertas razones, viaje a los Calpes y cena con algunas maricármenes del gimnasio incluidos. ¿Te apuntas, Zepporro?