30 agosto 2006

Cosiposi

El segundo disco de Cosipói y los Urízar Azpitarte (ver entrada de fecha 10/03/06) fue Cosiposi, disco reflexivo e intimista con canciones tales como: Matilde Urbach; Wendy Smith; Uma Thurman; Ginger Lynn; Michelle Pfeiffer; Gloria Gaynor; la Desustansiá; Ava Gardner; María Creuza; Nastassia Kinski; Akane Takeda; Cristina Lliso; Maribel Velvet y Tracy Lord. La característica que define a este disco, y que por ello fue y sigue siendo considerado como inmortal, es el hecho de que todas las canciones tuviesen la misma letra. Fue un trabajo arduo y extenuante crear tantas melodías y encajarlas, pero el talento del Zepporro, siempre sorprendente, superó con nota el reto.

La letra, que vamos a adjuntar, refleja a las claras un estado de ánimo inquieto y bastante pretencioso, con unas influencias siempre notorias y una lucidez que se creyó aventajada a su tiempo. La letra no ha envejecido bien, es evidente. Los destellos de una adolescencia tardía distorsionan los efectos deseados. Pero esta letra es una joya. Por eso se acompaña.

Fuimos felices.
¡Oh, sí!
Nuestro amor empezó como la luna roe el terciopelo.
¡Oh, también!
Te vi y tú me viste y la tierra comenzó a rodar.
Nuestras miradas pusieron en marcha el resorte versátil de la partitura
neominimalista.
(Coros: Ariquitáun, taun, taun).
Tú me querías.
Yo te quería.
No he vuelto a quedar en Antioquía.

Como ephemeras en estado no larvario vivimos.
Pero el sueño
murió.
¡Oh, no!
Fuiste torpe.
Lo sabes.
Llevarte el cuchillo a la boca fue un error.
Y yo no perdono.
¡Oh, tampoco!
Ahora sufres mi desgana y mi olvido.
Te arrastras llorando por las esquinas.
Utilizas la paleta de pescado.
Dominas el código sumerio.
Pero no es suficiente.
Vivirás el latrocinio ignominioso de la presunta dejadez parda
como algo irreal.
Yo triunfo. Es mi sino.
(Coros: Ay qué dolor. Ay qué dolor).
Vivo el tiempo como la máquina descubre la llave maestra
que abre la cerradura inexistente.
No hay perdón. Yeah.

5 comentarios:

Tomoya I dijo...

Todavía no había acabado de leer-recordar la bella letra y ya tenía la flauta entre mis manos. Este instrumento que siempre identificó el "Sonido Cosipói", y al que mis habilidosas falanges, falanginas y falangetas lograban arrancar aceleraciones sónicas de virtuosismo paganiniano. Tu talento fue efectivamente sorprendente en distintos aspectos, pero el mío para tocar la flauta y hacer los coros al mismo tiempo no tuvo ni tiene parangón.

Y con nostalgia parafraseo a Conrad en un celebrado suspiro que nos acompañaba aquellos días: "las groupies, ah, las groupies".

Zar Polosco dijo...

Nosotros, que tantos hombres hemos sido, jamás conseguimos ser aquellos en cuyos conciertos de simultáneas escapadas sónicas flautísticas y berridos vocales se secaban el sudor con la ropa interior de sus groupies.

El Sonido Cosipói. Ayer mismo me tuvieron los de la MTV tres horas hablando sobre el tema. Quieren hacernos un homenaje. Les he exigido que nada de primeros planos y nuestras patas de gallo totalmente difuminadas. Y una reproducción tamaño natural de la batalla de Lepanto en nuestro camerino. Y, por supuesto, nada de repetir mi célebre pino puente con tirabuzón en el escenario, que me estimo mucho mis pocas vértebras sanas.

3'14 dijo...

No entiendo el fonómeno "grupie". Porqué, si te gusta alguien como canta o taca un instrumento, eso que tiene que ver con querértelo follar???? Joder! no me veo fornicando con una voz...
A los tios os pone físicamente una cantante por el hecho de que os gusten sus canciones? En el caso de Beyoncé, entre otras, comprendo cierta aceleración hormonal, pero eso no es precisamente por la música... en fin... Arrojando llamas una vez más por mi boca por una batalla perdida.

3'14 dijo...

fonómeno? taca? Si es que me ofusco y no se ni escribir.Mielda!!!

Zar Polosco dijo...

Tengo gustos musicales muy amplios, pero nunca he sido groupie de nadie. Ahora, me hubiese encantado y me encantaría tenerlas.

Y, por gremios, más que decantarme por las cantantes, me pirro por las camareras. Cantarán peor, pero dan el pego. Aunque daría un brazo por departir con Mina. O con Barbra. O con Aretha. O con María Bethania. O con María Creuza. O con Petula Clark. O con Anita Baker. O con la de Mocedades que no era Amaya ni Estíbaliz. Y no sólo por su voz.