Para lo poco que duran las vacaciones, la guerra que dan.
Antes, porque se acaba el mundo si dejas un cordón de soldadura por hacer o cien toneladas por montar o un presupuesto por entregar o un estudio por realizar.
Durante, porque, en mi caso, las vacaciones suponen cambiar de cansancio o de aburrimiento y quiero correr y nadar todos los días, leer un mínimo de cincuenta páginas diarias, estar con el crío, con Ana, con mis hermanos, con mis sobrinos, las cañas del mediodía, la siesta, el Europeo de atletismo, el Mundial de baloncesto, las tertulias noctámbulas al fresco, las fiestas de Villaescusa, la feria de Belmonte, la película de Woody y me acaban faltando horas.
Después, porque añoras el agobio de las vacaciones y entras en crisis existenciales y escribes tratados sobre la insatisfacción y sobre como se pasa la vida, como se viene la muerte, tan callando y es cuando más deseas comprar tu tiempo y dedicarte a un ficticio dolce fare niente y dedicar un elegante corte de mangas a todos los que te están esperando con las uñas afiladas y el colmillo atravesado.
Por las lejanas montañas va cabalgando un jinete. Viaja solito en el mundo y va deseando la muerte.
25 julio 2006
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5 comentarios:
Leo lo del jinete solito y pongo el CD de Buena Vista que hacía mucho no escuchaba. En concreto buscaba El carretero, que no tiene poco que ver con El jinete, pero la función aleatoria de mi reproductor hace sonar aquello de "en el tronco de un árbol una niña". Esta canción chicharrera me impulsa a buscar un Poema Civil de Joan Brossa que venía a cuento pero me encuentro, también por azar, con éste otro que también puede venir a cuento:
"En primer lugar porque allí hay
habitación para vosotros,
y en segundo lugar porque no me parece inconveniente que un chico
dé hospedaje a una chica,
aunque no se conozcan"
Qué bonito es el verano.
Mañana playa y anchoas con el Zar y la Torrija y pasando de cordones de soldadura.
A las dos he ido a correr media hora, a las tres he jugado media hora al squash, a las cinco he quedado para jugar al badminton...
Preparaos para el tenis playa.
Lo que voy a hacer con vosotros mañana en el tenis playa se asemejará bastante a un cuadro de Goya con Saturno de protagonista.
Gorras, tan abandonado a la deriva te encuentro que esperaba la letra de "quince años tiene mi amor".
Yo soy el árbol, conmovido y triste. Tú eres la niña que mi tronco hirió. Yo guardo siempre tu querido nombre y tú, ¿qué has hecho de mi bella flor?
Yo me he tocado los mismos de 9 a 10 y de 10 a 16:25, así que ya podéis imaginar mi control de pelota.
Mi deriva estival no tiene fin. Es la sobredosis de gazpacho andaluz y la lectura de poesía pro-campeonato de lectura. De inmediato empiezo con los haikus.
"En mi casa
todo lo que puedo ofreceros
son mosquitos pequeños"
Eso es una página. No os digo cuántas llevo para que no os tiemblen más las piernas mañana.
No sé porqué me da la impresión de que mañana vamos a cantar. Comenzará la Torrija con Somewhere que ni Tom Waitz y terminaremos asimilando sonidos de amor.
Déjame que te cuente, limeño.
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