Un pequeño recuerdo a la chiquilla pecosa de los palatales sugerentes de la mesa de enfrente que tanto se reía con las ocurrencias de sus compañeros.
Las reuniones con los amigos me dejan como si estuviese en un domingo por la tarde sin fútbol. O con fútbol. El Atleti no ayuda a elevar el ánimo.
Otro recuerdo para la chiquilla de los palatales cristalinos. Te he mirado cinco mil novecientas cuarenta y dos veces. Tú a mí ninguna. Ese no es el camino.
Pero es el camino.
Jazmines en el pelo y rosas en la cara. Airosa caminaba.
25 mayo 2006
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