14 febrero 2006

La cigala y la hormiga

Uno de los delineantes nos abandona. Dice que va a intentar abrirse camino por su cuenta y ha decidido dar un paso al frente. Se ha quedado un tanto despagado al ver que nadie ha intentado frenarle en su decisión, sino que, al contrario, todos hemos alabado su valentía. Yo reconozco que le voy a echar de menos, no tanto como delineante, y eso que no es malo, aunque se crea infinitamente más listo de lo que es, sino porque es un manantial de frases disparatadas. Un día estaba preocupado porque todo amenazaba con irse al garito, otro día dijo que todo se solucionaría flotando un camión. Luego estaba muy contento porque, últimamente, estaba todo plegado de Jefas de Obra. Gran amigo de Perrogrullo, al que cita muchas veces, se quejaba un día de su Jefe, que siempre termina poniendo la guindilla a su trabajo. Afirmaba que no había más remedio que agarrarse a un rabo ardiendo para terminar sentenciando con un suspiro que de todo hay en la vida del Señor.

Nos abandona. Se va dispuesto a trabajar duro y a seguir siendo una hormiga. No tiene intención de convertirse ahora en una cigala. No la quiere piciar. Prometo llamarle de vez en cuando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Algún día alguien te partirá la cara por falton público. Te aviso porque te aprecio. Por otra parte, me he destornillado de la risa leyéndote, que diría tu amigo.