Lo que me tiene a mí ahora preocupado es como voy a plantear el maratón. Todas las distancias, hasta las medias, no tengo más que dejar a mi cuerpo que él ya sólo va y yo me voy dedicando a mirar el reloj y a hacer operaciones para ver ritmos y sobre que tiempo voy a acabar. Pero el maratón se me escapa. El año pasado, con 84 kg. y 1h 28`en las medias me planté en la salida, dejé a mi cuerpo a su libre albedrío, pasamos la media en 1h 33`y acabamos en 3 h. 20`y sufriendo como un canalla. (Como un canalla que sufra mucho, claro está). Este año llego con 2.400 km. más en las piernas, 700 en las diez últimas semanas, 79 kg. y 1 h 25`en las medias. Y no sé que hacer. ¿Soy ambicioso? ¿Amarrategui?. ¿Salgo a cuatro y medio? ¿Me pego a un grupo en el que vaya cómodo y a lo que salga? En tres horas y pico pasan muchas cosas. Pero yo no quiero que el pico sea muy grande. Y eso es lo que pasa.
Una visión recurrente es entrar en las pistas del río y bajar de tres horas. Otra visión recurrente siempre fue ser el nuevo Sebastian Coe. A los cuarenta aún tengo esperanzas de debutar con el Atleti en primera. Tengo perfectamente preparado el discurso que daré en la pista central de Roland Garros cuando lo gane por octava vez.
Creo que puedo hacer 3h 10`. Ya veremos que día sale.
07 febrero 2006
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