El buscaminas no es sólo un juego. Ese es el error. Tú eres como Pizarro y los trece de la fama (o de la gloria) (Gaynor). Partes de la nada y has de avanzar hasta conquistar el mundo. Someter irreductibles nudos de miserables a los que impones tu lengua, cultura, religión y devoción futbolística...y no sigo porque no me gusta lo que estoy escribiendo.
Lo de conquistar el mundo sí que está bien. Lo jodido es que siempre muero en el buscaminas de una forma ridícula. Si aún me quedase Ceilán por conquistar, pues tendría parte de mi obra hecha. Pero siempre muero cuando tengo aún algún hemisferio que ni siquiera ha oído hablar de mí, a pesar de la aldea global, y ahí me duele. Vaya mierda de conquistador
Así que me centraré en los lejanos tiempos de los mensajes subliminales. Gaynor. Otro rotundo éxito. Toda nuestra energía concentrada en favor de aquella que tenía risa cascabelera. El cabrón de Maroto no nos hizo caso en toda su puta vida. Tuvimos que haber aplicado la psicología inversa, pero éramos tan ingenuos, tan ignorantes, tan simples, tan tiernos. Joder, que preferíamos hablar de los madelmanes antes que de las tías. Maroto. Que mal he educado siempre a mis amigos.
27 enero 2006
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